Anabela Lemos, la activista mozambiqueña que pone en jaque a los megaproyectos de gas

Cristina Ondó NietoNairobi, 5 oct (EFE).- La activista mozambiqueña Anabela Lemos rechaza que el gas sea una fuente de desarrollo para su país en la provincia norteña de Cabo Delgado, donde ha causado "aumento de la deuda, conflictos, militarización, corrupción y la pérdida de medios de vida" de la gente, según denuncia en una entrevista con EFE.

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Lemos, premiada este jueves con el Right Livelihood Award, más conocido como el premio Nobel alternativo y que otorga la fundación sueca homónima, critica el "vínculo entre la corrupción de los gobiernos y las empresas transnacionales" en el impacto que generan las empresas gasísticas en el país del sudeste de África.

Una de estas compañías, la francesa TotalEnergies, está siendo investigada por el Gobierno galo tras ser acusada de no proteger a sus subcontratistas y no proveer carburante a los helicópteros destinados a evacuar a civiles tras el ataque yihadista que sufrió en 2021 el distrito costero de Palma, en Cabo Delgado, donde la empresa lideraba un multimillonario proyecto de gas natural.

"Es muy difícil exigir derechos o encontrar información suficiente para demostrar lo que dicen las comunidades y la sociedad civil. Así que creo que este caso haya salido adelante es muy importante", recalca Lemos, de 71 años, en una entrevista telefónica tras ser distinguida con el citado galardón.

El Nobel alternativo reconoce a Lemos y a la organización Justiça Ambiental!, de la que es directora, "por fortalecer a las comunidades para hacer valer su derecho a decir que no a los megaproyectos de explotación y exigir justicia ambiental".

Otro caso polémico en la zona es el que destapó el periodista estadounidense Alex Perry al revelar que, también en 2021, se llevó a cabo una masacre de civiles perpetrada por un comando vinculado al Ejército en una zona cercana a las instalaciones de TotalEnergies.

Compañías gasísticas y yihadismo

"Creo que debería haber una investigación sobre este caso. Y muchos otros que salen a la luz. Esto no se puede meter debajo de la alfombra y cerrar los ojos", asevera sobre la impunidad de este tipo de proyectos.

La activista reclama la necesidad de analizar en profundidad la situación social de Mozambique, cuyo Gobierno debe priorizar la mejora de los medios de vida de la gente o solucionar los problemas educativos y de apoyo sanitario que los megaproyectos no resuelven.

"Si nos ocupamos de las cuestiones sociales -subraya-, tal vez el terrorismo disminuya. Ahora está en pleno apogeo. Pero no podemos pensar simplemente que se va a resolver con ejércitos".

La activista se refiere a la influencia que ejerce en Cabo Delgado en la población joven un grupo terrorista vinculado al Estado Islámico (EI), Al Sunnah wa Jamah, conocido popularmente como Al Shabab, aunque no guarda relación con el grupo homónimo de Somalia.

El riesgo de que los jóvenes ingresen en grupos radicales es muy alto porque, a su juicio, "no tienen nada que perder; han perdido todo en su vida".

La galardonada, nacida en Maputo, capital de Mozambique, considera que estos negocios gasísticos benefician a una pequeña élite.

"Estamos volviendo a la vieja historia de extraer, exportar y el impacto que deja a nuestra gente", sostiene Lemos, quien advierte de que las elecciones generales del próximo 9 de octubre en Mozambique marcarán el devenir del sector de los hidrocarburos en el país.

Elecciones y "muchas ilegalidades"

"Estamos en elecciones y el director de TotalEnergies está esperando a ver quién será el próximo presidente para tener una conversación. No quiero decir lo que pienso porque se puede abrir un juicio contra mí", admite.

La activista no ve claro el posible resultado de los comicios, en los que se elige, entre otros, al presidente y al Parlamento, pues "el año pasado hubo muchos problemas y muchas ilegalidades en el proceso".

Aunque apunta al voto de los jóvenes como un posible cambio de rumbo, ya que el Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo) gobierna desde que el país se independizó de Portugal en 1975.

"El cambio que veo es la gente joven. Ellos no cuentan con la historia del pasado, la historia de la revolución. Y están un poco cansados", explica.

La Unión Europea enviará una misión de observación electoral a estos comicios, pero Lemos es escéptica sobre estas iniciativas.

"Vienen siempre y no veo que puedan hacer mucho. Es bueno tenerlos aquí, pero depende de lo libres que sean para ir de un sitio a otro sin el Gobierno", asegura.

Mozambique, según la activista, necesita un plan estratégico que dirija la mirada a lo que el país quiere ser en el futuro.

"Creo -concluye- que es prioritaria la educación, la salud y los derechos humanos. Todas esas cosas hay que ponerlas en una balanza y empezar a trabajar en ellas. No podemos seguir así".

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