La operación se ha centrado en el barrio periférico de Ponticelli, donde operaban los clanes mafiosos De Micco y De Martino, a los que pertenecen los arrestados por los delitos de asociación mafiosa, robo, intento de asesinato, tráfico de estupefacientes, posesión ilícita de armas y de artefactos explosivos, informó la policía en un comunicado.
"Ya no existe el control total del clan De Micco-De Martino en los barrios de Nápoles Este", aseveró el fiscal antimafia de Nápoles Nicola Gratteri , según los medios, tras una operación en la que fueron desplegados 350 agentes.
Las investigaciones han descubierto que estos clanes asignaban las viviendas sociales de la zona mediante extorsiones y el cobro de pagos a quienes las solicitaban, una actividad típicamente mafiosa replicada en varias ciudades de Italia y que Gratteri ha definido como "una ostentación del poder criminal".
Los detenidos también se encargaban de la limpieza de las calles y obligaban bajo amenaza a los vecinos a pagar una cuota, además de extorsionar a los vendedores ambulantes para asignarles un puesto de venta en la zona.
Algunos están acusados de llevar a cabo la técnica de extorsión 'Caballo de vuelta', que consiste en robar vehículos para después devolvérselos a sus dueños a cambio de grandes sumas de dinero.
"Ahora los ciudadanos son más libres", señaló Gratteri tras las detenciones.
Estos clanes asimismo manejaban toda la cadena de narcotráfico, desde el suministro de grandes cantidades de estupefacientes como cocaína, crack, marihuana y hachís, hasta la venta al por menor de la droga.
Durante la operación se han incautado 200 kilogramos de diversas drogas y se ha confiscado un laboratorio para el refinado y envasado de crack, así como un local donde almacenaban las sustancias.
Además también se han confiscado numerosas armas, municiones y otros artefactos bélicos.
Estas familias de la Camorra estaban en guerra desde hace años con otro clan mafioso, el de Luca-Bosa, un conflicto que ha dejado varios muertos y atentados con bombas.
Los hechos se han podido reconstruir gracias a los libros de contabilidad de las familias, confiscados durante la operación y en los que se registraban los ingresos provenientes de las actividades ilegales, así como nombres de algunos de los traficantes.