Los efectivos antifuego se concentraron poco después del mediodía ante el edificio, situado en el céntrico barrio lisboeta de São Bento, y no tardaron en derribar la valla metálica de seguridad que les impedía aproximarse al recinto y ocupar las escaleras de acceso a la sede del Parlamento luso.
Aun así, los bomberos no fueron más allá de las escaleras, en cuya parte alta había una fila de policías vigilantes.
Los bomberos cantaron el himno de Portugal, quemaron neumáticos, lanzaron petardos, encendieron botes de humo de colores e hicieron sonar bocinas.
Algunos de ellos llevaban pancartas con el nombre de sus lugares de procedencia como los bomberos zapadores de Braga o de Viana do Castelo, en el norte del país.
En una de las vallas de seguridad instalaron una cruz blanca con un cartel que decía "¿Sabes quién va a salvar a tu hijo?" con una foto de un bombero sacando a una persona en brazos de las llamas.
También se llevaron un ataúd blanco que pasearon por sus cabezas de abajo a arriba, y viceversa, y mantuvieron un minuto de silencio por sus compañeros caídos en servicio.
En declaraciones a la prensa, el presidente del Sindicato Nacional de los Bomberos Zapadores, Ricardo Cunha, dijo que quieren que el Gobierno regule "de una vez por todas" la carrera de los bomberos zapadores y que se les paguen suplementos por riesgos e insalubridad, así como por disponibilidad permanente, entre otros.
Cunha lamentó que ni el Ejecutivo actual del primer ministro conservador Luis Montenegro, ni los anteriores hayan respondido a sus exigencias.
Además, el sindicato solicita un aumento salarial para compensar la subida de la inflación, como se ha hecho con otros trabajadores de servicios públicos.
La ministra de Administración Interna, Margarida Blasco, apuntó este miércoles a la prensa que "es en la mesa de negociación donde se llega a acuerdos" y afirmó que su Ejecutivo es un "Gobierno de diálogo que habla con los ciudadanos".
Portugal es un país donde los incendios son habituales: La última gran ola de fuegos se produjo a mediados de septiembre en partes del norte y el centro del país, donde siete personas fallecieron, entre ellas cuatro bomberos y tres civiles.