"Hay dos o tres cargamentos que no han llegado recientemente y se puede oír decir a los vendedores: 'Oh, pagaré la tasa por la terminal, pero prefiero ir a Asia'", dijo a este medio el director de Deutsche Energy Terminal, Peter Röttgen.
De acuerdo con Bloomberg, algunos contratos para el suministro de GNL rubricados por Alemania incluyen obligaciones de entrega con sus correspondientes multas, mientras que Deutsche Energy Terminal también cobra una tarifa de regasificación incluso si no se ha entregado el GNL.
Alemania empezó a construir terminales de regasificación en sus costas a marchas forzadas después de que Rusia pusiera fin a las exportaciones de gas natural ruso a raíz de la guerra de Ucrania y principalmente importa el GNL de Estados Unidos.
En una conferencia sobre gas organizada este martes por el diario económico Handelsblatt en Berlín, un responsable del Ministerio de Economía germano defendió la estrategia del Gobierno y afirmó que se ha logrado llenar los depósitos de GNL hasta el 96 %.
No obstante, advirtió que en estos momentos todavía se sigue viviendo una "crisis", ante el nerviosismo que reina en los mercados, y que Alemania se encuentra oficialmente en "estado de alarma" del plan de emergencia para el suministro de gas.
Pero las organizaciones ecologistas denuncian que se han creado capacidades de importación excesivas y mayores de lo necesario, lo que será un incentivo para seguir usando combustibles fósiles por más tiempo.
En estos momentos Alemania cuenta con seis proyectos de terminales de regasificación flotantes, cuatro de ellos manejados por la operadora estatal,, así como tres proyectos de terminales permanentes.
Con todos ellos, el Ministerio de Economía pretende alcanzar en el año 2027 una capacidad de importación de 52.500 millones de metros cúbicos, lo que cubriría unos dos tercios de los 76.000 millones que se consumieron el año pasado.
A más tardar en 2045 está previsto que las terminales se usen para importar hidrógeno y derivados.