La marcha, organizada por el partido de ultraderecha Chega, realizó un recorrido de unos 2,5 kilómetros desde la plaza de Alameda, pasando por la avenida de Almirante Reis, donde habita un alto número de inmigrantes, hasta la turística plaza Dom Pedro IV (popularmente conocida como Rossio).
Rodeados de un fuerte dispositivo policial, los manifestantes portaban carteles en los que se leían mensajes como "más control, más seguridad", "impide la invasión inmigrante", "expulsión de inmigrantes que cometan crímenes" o "remigración es la solución", así como muchas banderas de Portugal y del partido de ultraderecha.
En pancartas también indicaban de dónde venían, de regiones como Bragança (norte), Beja (Alentejo) o Algarve (sur).
Desde un escenario instalado al final del recorrido, el presidente de Chega, André Ventura, celebró la cantidad de participantes de esta marcha, que vio como una señal para lograr un cambio en los criterios de aceptación de inmigrantes para, que él considera una manera de defender la identidad de Portugal.
"El país suele decir que una golondrina no hace la primavera, que una manifestación no hace la primavera. Pero es esa primavera lusitana, es esa primavera portuguesa que quiero que tengáis en el corazón desde hoy: el mayor movimiento de reconquista del alma nacional, de reconquista de nuestra identidad y de reconquista de esta bandera", aseveró entre vítores.
Durante su discurso, en el que repitió en varias ocasiones "aquí mandamos nosotros", recordó también a los portugueses que han emigrado a otros países para trabajar.
"Sé que hay muchos, pero no comparen a nuestros emigrantes con los que empezaron a venir", añadió.
Según sus cifras, participaron en la marcha cerca de 3.000 personas.
Manifestantes entrevistados por EFE defendieron que es necesario realizar un "referéndum sobre la inmigración", para cuestionar a los portugueses si están de acuerdo o no en imponer cuotas de entrada de inmigrantes, o reforzar el control de las fronteras, entre otras exigencias.
Durante la marcha, al menos dos personas en contra de esta convocatoria fueron detenidas mientras eran increpadas por los manifestantes, que cantaron en varias ocasiones el himno nacional.
Según datos publicados este mes por la Agencia para la Integración, Migraciones y Asilo lusa (AIMA), en 2023 residían de forma legal 1,04 millones de extranjeros en Portugal, siendo la mayoría de ellos originarios de Brasil (35,3 %).
En paralelo a esta protesta, fue organizada una contramanifestación, en la que participaron centenares de personas portando carteles en los que se leían mensajes como "no existe capitalismo sin racismo" y "paz entre pueblos, guerra entre clases".
Pese a que llegaron a estar a escasos metros de distancia, ambas partes no se llegaron a juntar al haber un cordón policial que impedía el paso.