Austria afronta las elecciones con una economía debilitada y la necesidad de reformas

Viena, 27 sep (EFE).- Austria afronta las elecciones generales de este domingo con una delicada situación económica, tras ocho trimestres sin crecimiento destacable, y la necesidad de un Gobierno que "afronte la realidad" y necesidades como la de más inmigrantes cualificados, aumentar las horas trabajadas y que más mujeres se empleen a jornada completa.

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En el segundo trimestre del año, el PIB cayó un 0,6 % respecto al mismo periodo del año anterior, con los principales descensos en la industria (-3,9 %) y el comercio (-2,3 %).

Recesión más larga en ocho décadas

Gabriel Felbermayr, director del prestigioso Instituto Austríaco de Investigación Económica (WIFO), declara a un pequeño grupo de medios extranjeros, entre ellos EFE, que aunque el país no afronta una "dramática situación de recesión", y que las crisis financiera y la de la COVID fueron peores, sí se trata de la fase sin crecimiento más larga desde 1946.

En el actual contexto de elecciones, el experto sostiene que el Gobierno que surja tendrá que afrontar un "encuentro con la realidad" e iniciar una agenda de reformas.

Las encuestas prevén una victoria del ultranacionalista FPÖ, con el 27 % de los votos, seguido por el conservador Partido Popular (24,7 %) y el socialdemócrata SPÖ (20,6 %).

Entrarían también en el Parlamento el liberal Neos (10 %) y el ecologista Los Verdes (8,3 %), actuales socios de Gobierno de los conservadores.

El experto indica que aparte de la debilidad de la evolución a la baja de la actividad industrial, del comercio o de la construcción, hay otros factores preocupantes como la reducción del número de horas trabajadas, que es ahora un 4 % menos que a finales de 2019, pese a que la población ha crecido un 3,5 %.

Una situación que califica de "insostenible" por su efecto negativo sobre los precios, los salarios y la inflación.

Aunque la inflación ha ido mejorando en los últimos ocho meses, y se situó el pasado agosto en el 2,4 % interanual, siguió siendo ese mes la décima tasa más elevada en la Unión Europea (UE).

A la subida de los precios, señala el economista, contribuye la querencia austríaca por aplicar ampliamente la indexación, el ajuste de los salarios a la inflación, para mantener el poder adquisitivo, pero que, en su opinión, es una forma de ocultar que el "pastel" de la economía es más pequeño.

Además, señala, provoca un aumento del déficit presupuestario, que está bien por encima del 3 %.

Felbermayr explica que Austria sigue siendo un país rico, pese a que el GDP por persona está ahora un 3 % por debajo de los niveles previos a la crisis de la COVID, y no se recuperará al menos hasta 2025.

Ante esta situación, el economista dice que la primera tarea del nuevo Ejecutivo será afrontar la realidad y asumir que aunque el país "aún puede sacar pecho" económicamente, hay cambios que deben aplicarse ya.

Se refiere, por ejemplo, a incentivar el empleo -sobre todo el de jornada completa-, reducir las jubilaciones anticipadas y revertir la tendencia de trabajar menos horas.

En ese ámbito, señala, es esencial que más mujeres trabajen a jornada completa (más de la mitad de las austríacas lo hace a tiempo parcial, la segunda tasa más alta de la UE), debido a que mayoritariamente se ocupan del cuidado de los hijos y familiares.

Necesidad de inmigrantes

En relación a la inmigración, uno de los temas que ha dominado la campaña electoral de la mano del FPÖ, Felbermayr señala que el país necesitará en las próximas décadas "una afluencia masiva de personas que quieran y puedan trabajar".

El experto se refiere a inmigrantes cualificados, que no tienen por qué tener un título universitario, pero sí "un nivel mínimo de cualificación y de ética del trabajo".

Por ello, advierte de que el mensaje antiinmigración del FPÖ bajo el lema "Fortificar Austria" no ayuda a garantizar a largo plazo el bienestar del país.

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