Los quemas forestales de la región amazónica, y en particular de los estados de Amazonas y Mato Grosso do Sul (donde se encuentra la mayor parte de los humedales del Pantanal) han provocado niveles de emisiones de carbono que han superado constantemente la media (e incluso han batido récords nacionales y regionales), lo que afecta gravemente la calidad del aire en toda la región, según datos del CAMS.
En Brasil, las emisiones totales acumuladas de carbono estimadas en lo que va de 2024 “han sido superiores a la media, de en torno a 183 megatoneladas de carbono hasta el 19 de septiembre, y siguen una trayectoria similar a la del año 2007, cuando marcaron un récord”, indicó la institución en un comunicado.
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Mientras que las emisiones de carbono de los incendios de Bolivia en el mismo periodo suponen ya el total anual más alto del conjunto de datos del Sistema Mundial de Asimilación de Datos sobre Incendios (GFAS) del CAMS, con casi 76 megatoneladas de carbono, por lo que superan el anterior total anual más alto de 73 megatoneladas de carbono, establecido en 2010.
Según explica CAMS, es probable que las altas temperaturas que ha experimentado Sudamérica en los últimos meses, la prolongada sequía de la que da cuenta, la baja humedad del suelo y otros factores climatológicos hayan contribuido a aumentar la escala de las emisiones de los incendios, el humo y el impacto en la calidad del aire.
Mark Parrington, científico sénior en el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (CEPMPM) del CAMS, afirmó que “El desplazamiento de humo ha tenido repercusiones mucho más allá de las zonas próximas a donde han estado activos los incendios en Brasil, llegando incluso al otro lado del Atlántico. La escala del desplazamiento de humo y el impacto en la calidad del aire son un indicador de la escala y la intensidad de los incendios”.
Los incendios forestales y las emisiones que provocan han degradado la calidad del aire en gran parte del continente, ya que la columna de humo se extiende desde Ecuador hasta São Paulo, señala el componente de vigilancia del clima del programa espacial europeo.