Las marchas, convocadas en muchos casos a iniciativa de organizaciones estudiantiles y feministas, apoyadas en particular por La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon, y por los Ecologistas, se han celebrado por la mañana en lugares como Caen o Burdeos, pero la mayor parte están programadas por la tarde.
En París, la salida está prevista a partir de las 14.00 en la plaza de la Bastilla y también hay citas similares en Marsella, Niza o Toulouse.
La izquierda, que con su coalición del Nuevo Frente Popular (NFP) es el primer bloque político en la Asamblea Nacional que salió de las elecciones legislativas anticipadas del 30 de junio y 7 de julio con 193 diputados de un total de 577, lleva semanas denunciando la apuesta del presidente, Emmanuel Macron, a la hora de formar Gobierno.
Macron rechazó la posibilidad de nombrar primera ministra a la candidata del NFP, Lucie Castets, y después de casi dos meses de incertidumbre y negociaciones, eligió el 5 de septiembre a Barnier, de Los Republicanos (LR), el partido de la derecha convencional que obtuvo apenas un 6 % de los votos y 47 diputados.
El jefe del Estado justificó esa elección por considerar que puede garantizar la estabilidad del Ejecutivo, ya que aunque no tendrá mayoría absoluta en la cámara de diputados, la extrema derecha ha dicho que no votará una moción de censura contra él con carácter inmediato (algo que sí hará la izquierda), al menos si no presenta un programa en clara contradicción con el suyo.
Desde su entrada en funciones, el nuevo primer ministro ha estado trabajando en la elaboración de una lista de ministros con los partidos en los que debería sustentarse, que son básicamente el suyo y los del bloque macronista, en el mejor de los casos 235 en total.
El jueves fue a presentar una lista al presidente -que es quien tiene que nombrar a los ministros y secretarios de Estado- que, según lo que se filtró, tenía 38 nombres.
Sin embargo, eso suscitó reticencias por parte de formaciones centristas, en particular en el MoDem de François Bayrou, porque había algunas personalidades de una derecha dura, que generaban inquietud.
En particular Bruno Retailleau, al que se supone que se le iba a atribuir la cartera de Interior, y por tanto la política de inmigración; y Laurence Garnier, opuesta al matrimonio homosexual, que se debía estar al frente de la de Familia.
Después de un llamamiento ayer de Macron "a todos los grupos políticos comprometidos y consentido de la responsabilidad" para que ayuden a Barnier a finalizar su Gobierno, el primer ministro le envió "la arquitectura y la composición finalizadas", según fuentes del entorno de éste.
De acuerdo con ese relato, ahora "todo depende de la Alta Autoridad para la Transparencia de la Política" que debe verificar que cada uno de los nuevos potenciales ministros o secretarios de Estado respeta las reglas éticas.
Es decir, básicamente, que cumple con sus obligaciones fiscales y que no hay ningún conflicto de intereses por las funciones o actividades que ha podido tener con sus nuevas responsabilidades.
El anuncio de la composición del Ejecutivo podría llegar en las próximas horas o mañana, teniendo en cuenta que Barnier había ficho que eso ocurriría "antes del domingo".