Las explosiones de buscapersonas y walkie-talkies usados por el movimiento islamista, que han matado al menos a 37 personas y herido a casi 3.000, generaron numerosas cuestiones sobre de dónde procedían estos aparatos.
Citando a funcionarios estadounidenses y de otros países bajo anonimato, el diario The New York Times afirmó que Israel colocó material explosivo en una carga de bíperes de la empresa taiwanesa Gold Apollo.
El presidente de la firma, Hsu Ching-kuang, negó haber producido los dispositivos y apuntó a un socio húngaro, BAC Consulting KFT, que tiene permiso para usar su marca.
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El jueves, como parte de una investigación lanzada por las autoridades taiwanesas, la fiscalía interrogó a Hsu y a una mujer de otra compañía que, según medios locales, es una representante vinculada a BAC Consulting KFT.
“Nuestro país se toma el caso muy en serio”, dijo la oficina de la fiscalía del distrito de Shilin, en Taipéi, en un comunicado el viernes.
“Aclararemos los hechos tan pronto como sea posible para saber si compañías taiwanesas estuvieron involucradas o no”, agregó la fiscalía, que también informó de registros en cuatro lugares distintos.