El gobierno anunció el pasado domingo un apagón preventivo de ocho horas a nivel nacional, pero ayer el ministro de Energía, Antonio Goncalves, precisó que la suspensión del servicio será por menos horas y por sectores en el país, cuya demanda de electricidad depende en un 70% de la generación hídrica.
Áreas estratégicas como hospitales y el servicio de seguridad ECU911 están excluidos del racionamiento. Previo al corte de luz, policías y militares patrullaban las calles de la capital y realizaban inspecciones a los transeúntes.
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Las faldas del volcán Pichincha, en el occidente de Quito y donde se asientan barrios residenciales, fueron quedando a oscuras a partir de las 22:00 (hora local) como estaba previsto. También se fue la luz en el centro histórico y el ruido de generadores de energía en el norte de la capital irrumpió.
En el puerto pesquero de Manta (suroeste) y en la andina Cuenca (sur) también se reportó la suspensión del servicio en diferentes puntos.
El corte más largo en Quito durará cinco horas, mientras que en la localidad amazónica de Loreto (noreste) habrá apagones de seis horas, según la programación de empresas distribuidoras.