Así lo destacó este miércoles el director ejecutivo de la Cámara de Comercio Ecuatoriano Británica (Britcham UIO), Diego Gordón, durante la celebración del cuarto Foro de Innovación y Transición Energética, organizado por la Britcham UIO, donde se busca fomentar la colaboración y el diálogo entre los distintos actores del sector energético, con base en su experiencia internacional.
Gordón habló de la realidad energética que se encuentra atravesando el país, que, al igual que el mundo entero, enfrenta desafíos energéticos. Frente a ello es importante, según indicó, ahondar en la búsqueda de soluciones y oportunidades que esta crisis presenta.
Ecuador vuelve desde este miércoles a registar apagones programados en diferentes horarios y zonas del país por una crisis energética que le impide atender la demanda interna de electricidad, debido a una grave sequía en los embalses que alimentan a las principales hidroeléctricas del país.
Ante “el peor estiaje de los últimos 61 años”, como lo denominó el Gobierno ecuatoriano, sus centrales hidroeléctricas sufren una escasez de generación de energía con un déficit energético de unos 1.000 megavatios.
En especial, se ve afectado el embalse de Mazar, el segundo más grande del país, que cuenta con una capacidad de 410 millones de metros cúbicos de agua. Sin embargo, en los últimos días el nivel de esta reserva de agua ha descendido drásticamente por la prolongada ausencia de lluvias.
“La transición hacia fuentes energéticas más limpias y sostenibles representa un reto y una oportunidad para trabajar de la mano con industrias nuevas y tradicionales”, declaró Gordón que también expresó que Ecuador va tomando pasos importantes hacia una diversificación de su matriz energética.
Gordón también anotó que industrias como el petróleo, el gas o el sector minero son actores clave en la matriz energética de Ecuador y la importancia de involucrarlas en este diálogo y en la búsqueda de soluciones para lograr una gestión sostenible y responsable de la energía.
Transición energética
Ante la preocupación de una matriz energética basada en la energía hidroeléctrica, limpia pero que puede suponer un riesgo en épocas de sequía, Juan Roberto Paredes, especialista senior en Energías Renovables del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), habló en uno de los paneles del foro sobre seguridad y transición energética de tres palabras clave: incertidumbre, flexibilidad y colaboración.
Paredes explicó la importancia de la colaboración y la integración regional eléctrica, por ejemplo, a través de redes eléctricas de transición con Perú que pueden aportar energía al sistema y permiten una mayor adaptación a la variabilidad de los recursos renovables.
Precisamente el BID está financiando junto al Banco Europeo de Inversiones (BEI) la construcción en el lado ecuatoriano de la interconexión eléctrica de alta tensión con Perú, una obra que permitirá a Ecuador ser más resiliente frente a crisis energética y no depender únicamente de la electricidad que le pueda suministrar Colombia.
Fenómenos extremos como El niño, que exacerban los cambios climáticos, pueden afectar de manera distinta a los diferentes países, explicó Paredes.
Por tanto, la integración regional eléctrica es una de las formas en que, no solo se pueden mantener estables las tarifas a largo plazo, sino también permitir la adaptación a las consecuencias del cambio climático.
El experto también recomendó que los Estados adopten un rol más proactivo, en vez de reactivo, frente a la transición energética y evolución tecnológica, además destacó la importancia de involucrar al consumidor, pues este, indicó, debe estar en el centro de la transformación.