Dominique Pelicot, que reconoció ser plenamente responsable de los delitos por los que está encausado, se mostró avergonzado por su comportamiento en la vista, en presencia de Gisèle Pelicot, la que ha sido su mujer durante medio siglo, y de la que se divorció en agosto: “Lo he arruinado todo y lo he perdido todo. Tengo que pagar”.
Destacó que tenía “la familia ideal, pero yo no lo era” y trató de explicar sus prácticas de grabar las violaciones cometidas por las decenas de hombres a los que invitaba a su casa para que abusaran de su mujer, que estaba bajo los efectos de los ansiolíticos: “hay una parte de placer pero también una medida de seguro”.
Porque -añadió- “gracias” a esos archivos audiovisuales, con cientos de vídeos y fotos que la policía encontró en un disco duro se ha podido identificar “a los que participaron en todo eso”.
Se refería así a los que se sientan con él en el banquillo, 49 hombres acusados de haber violado a Gisèle Pelicot, y otro, Jean-Pierre Maréchal, que copió los métodos de Dominique Pelicot y drogó también a su propia esposa para violarla con el que le servía de ejemplo.
Ese comentario generó algunos murmullos en la sala entre los acusados.
Béatrice Zavarro, la abogada del principal acusado en este proceso ante el Tribunal de lo Criminal de París, trató de poner en contexto esta primera declaración de su cliente.
“Lo que cometió -admitió Zavarro- es incontestablemente un acto monstruoso. ¿Es un monstruo? No estoy de acuerdo con eso y me dedicaré a demostrarlo. En cualquier caso, es un hombre entre los hombres”.
La letrada también hizo hincapié en la voluntad de Dominique Pelicot de contarlo todo, de forma que este asunto no tenga ninguna parte oculta.
Pelicot, de hecho, aseguró que no cometió otros actos de abusos más allá de los que ha descubierto la Policía.
Indicó que él también sufría por ver los abusos que padecía su mujer y que trató de parar “pero la adicción era más fuerte”.
Pelicot narró una historia de violencia sexual
Al inicio de su declaración el principal acusado había contado que cuando tenía 9 años él mismo sufrió abusos sexuales en un hospital, que presenció una violación con 14 y que le intentaron hacer partícipe de los abusos que sufría su madre de parte de su padre.
Y estableció un vínculo con los hechos por los que está siendo juzgado: “Uno no nace perverso, se hace”.