“La posibilidad de un marco pactado en la arena norte se está agotando a medida que Hizbulá ‘se ata’ a Hamás. El camino está claro”, dijo Gallant en una llamada con el secretario de Defensa de EE.UU., según un comunicado de su oficina de este lunes.
El ministro israelí le dejó claro a Austin que Israel quiere acabar con la presencia del grupo chií, aliado de Irán, en el sur de Líbano, a fin de devolver a los residentes del norte de Israel (muchos de los cuales viven desplazados en hoteles o casas de familiares) a sus hogares.
Los responsables hablaron también de la amenaza regional de los rebeldes hutíes de Yemen, que ayer atacaron el centro de Israel con un misil balístico que no causó víctimas, y de la necesidad de desmantelar al grupo islamista Hamás en Gaza, independientemente del resultado de las negociaciones para un alto el fuego, estancadas desde hace meses.
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Israel lleva enfrascado en un intenso intercambio de fuego con Hizbulá desde el 8 de octubre, cuando el grupo libanés empezó a lanzar ataques en solidaridad con las milicias palestinas de la Franja de Gaza.
Solo en la mañana del domingo el Ejército detectó el lanzamiento de unos 40 proyectiles desde Líbano dirigidos contra las zonas de la Alta Galilea y los Altos del Golán, después de que el sábado también identificara otros 55. Ninguno de estos ataques causó víctimas.
En estos once meses de intercambio de fuego, más de 650 personas han muerto a ambos lados de la frontera, la mayoría en el lado libanés y en las filas de Hizbulá, que ha confirmado unas 400 bajas, algunas también en Siria.
En Israel han muerto 50 personas en el norte: 24 militares y 26 civiles, incluidos 12 menores en un ataque en los Altos del Golán sirios ocupados.