Disney+ emite este viernes los tres primeros de los seis capítulos de una hora, aunque hay que esperar al 20 de septiembre para verla al completo.
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La serie sobre la biblia de la moda comienza con la llegada de Anna Wintour a Nueva York como editora de Vogue y su deseo de dar un vuelco a la publicación para abrirla a los protagonistas del momento, artistas rompedores, como la cantante Madonna, que a priori no hubiera tenido un hueco en sus páginas.
Es la propia Wintour quien desvela alguno de los secretos de las producciones de la revista junto a Edward Enninful, editor de varias de las cabeceras europeas, Hamish Bowles y Tonne Goodman.
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Un recorrido que hace evidente su olfato para descubrir nuevos talentos de la moda. De John Galliano le fascinó su teatralidad; nunca ha dejado de apoyarle, incluso en sus peores momentos, y prueba de ello ha sido la última gala MET Museo Metropolitano de Nueva York, en la que el creador volvió a resurgir como el ave fénix.
Vogue, portadas famosas
Otro rebelde de los 90 en la moda, Alexander McQueen, también está en su lista de favoritos.
Se intercalan comentarios de los protagonistas con imágenes de los desfiles de aquella etapa, portadas de revistas, fotografías, vídeos de fiestas y producciones de moda, una época en la que la moda estaba en las manos de los más jóvenes.
Amber Valletta, Baz Luhrmann, Claudia Schiffer, Gwyneth Paltrow, Hillary Clinton, Jean Paul Gaultier, John Galliano, Linda Evangelista, Tom Ford, Marc Jacobs, Michael Kors, Miuccia Prada, Nicole Kidman, Sarah Jessica Parker, Stella McCartney o Victoria Beckham son algunos de los nombres que participan con sus experiencias sobre cómo vivieron ese momento de sus carreras.
Se ve la emoción en la cara de protagonistas como Kate Moss, Naomi Campbell o la modelo y actriz Elizabeth Hurley al recordar una época en la que, con el impulso de su juventud, querían cambiar la moda y el mundo a través de ella, y la ajustada economía de la que disponían.
Estrellas mundiales
En los 90 la moda se convirtió en objeto de culto, las hasta entonces desconocidas modelos comenzaron a tener nombre y apellidos, a recorrer el mundo como si fueran iconos del rock y a acaparar portadas, no solo de las revistas de moda.
Un momento de exaltación en el que Naomi Campbell, Claudia Schiffer, Linda Evangelista, Christy Turlington, Cindy Crawford, Helena Christensen o Amber Valetta copaban todos los desfiles. La fotografía de cuatro de ellas tomada por Peter Lindbergh para la portada de enero de 1990, en blanco y negro, marcó un antes y un después.
Kate Moss (1,70 de estatura) reconoce divertida lo pequeña que se sentía rodeada de esas modelos que se acercaban al 1,80, y que la acogieron como hermanas.
Mientras que Liz Hurley cuenta que no fue consciente del impacto que podía causar su escotado Versace en el estreno de ‘Cuatro bodas y un funeral’, de la mano de su entonces pareja Hugh Grant, hasta que al día siguiente pudo comprobar que su foto estaba en todos los periódicos: “No tenía un espejo de cuerpo entero en casa y no me vi al completo antes de salir”, cuenta.
La moda y el cine
Fue un acontecimiento que supuso un punto de inflexión en la moda y una alianza para siempre entre esta y el cine, pues las alfombras rojas del séptimo arte se han convertido en una pasarela incuestionable.
Esta docuserie descubre que los protagonistas son de carne y hueso y, por mucha que sea su fama ahora, en los comienzos sentían autentica fascinación por ser elegidos portada de la revista, tanto es así que algunas sesiones fotográficas se fueron al traste por el nerviosismo y la falta de naturalidad.
La actriz Gwyneth Paltrow cuenta con cierto rubor que ese fue el caso de su primera portada, de agosto de 1996: tuvo que hacer dos sesiones. Pero no ha sido la única; Wintour tenía prohibido a su equipo comentar quién sería la protagonista de la portada para evitar la presión.