En un comunicado, las fuerzas israelíes detallaron hoy los nombres de nueve presuntos milicianos palestinos que murieron en el bombardeo contra la escuela Jaouni, entre los que identificó a tres como trabajadores de la agencia.
La agencia de la ONU, que ha perdido a 220 de sus empleados en el enclave desde que comenzó la guerra, no quiso comentar la información de Israel.
Los tres presuntos trabajadores identificados por las fuerzas israelíes son Muhammad Adnan Abu Zaid, al que el Ejército achaca pertenecer al ala militar de la organización islamista Hamás y haber lanzado cohetes contra las tropas; Yasser Ibrahim Abu Sharar, también del brazo armado de Hamás y parte de los comités de emergencia de la organización en Nuseirat; e Iyad Matar, otro miliciano.
"Tras recibir información asegurando que trabajadores palestinos en locales de la UNRWA murieron como resultado del ataque, el Ejército pidió a la agencia los detalles y los nombres de los trabajadores", dijo hoy un comunicado castrense, explicando que la agencia todavía no ha contestado.
Una campaña de desprestigio
Tras los ataques de Hamás contra Israel del 7 de octubre, que dejaron unos 1.200 muertos y 251 secuestrados, las autoridades israelíes han promovido una campaña de desprestigio contra la agencia de Naciones Unidas, que desde la década de los cincuenta presta asistencia a los palestinos que perdieron sus hogares y medios de vida como consecuencia de la creación del Estado de Israel, en 1948.
En el momento de su nacimiento, la agencia daba servicio a unas 750.000 personas. Hoy tienen derecho a solicitar ayuda de la UNRWA unos 5,9 millones, ya que los hijos de los palestinos varones que vivían en el territorio del Mandato británico de Palestina entre 1946 y 1948 también cuentan con el estatus de refugiado.
Entre sus servicios, el grupo administra más de 200 escuelas en la Franja de Gaza, que desde el comienzo de la guerra, hace ya más de once meses, han servido de refugio para cientos de miles de palestinos.
El Ejército israelí ataca frecuentemente estos centros, y suele acusar a Hamás de utilizar sus instalaciones para esconder armamento, túneles o centros de mando.
Acusados de participar en el 7 de octubre
En enero, las acusaciones israelíes fueron un paso más allá: el país culpó a 12 trabajadores de la UNRWA (en abril amplió la cifra a 19) de haber participado en los ataques del 7 de octubre, tras lo que muchos países suspendieron su financiación a la agencia.
Todos, salvo el principal aliado de Israel, Estados Unidos, han dado marcha atrás.
Después de una investigación que duró meses, el Departamento de Asuntos Internos de la ONU (OIOS) dijo en agosto que de esos 19 acusados, nueve pudieron haber estado involucrados en los ataques, aunque dejó claro que no había podido verificar de manera independiente la información suministrada por las autoridades israelíes.
El secretario general de la ONU, António Guterres, lamentó anoche el ataque contra la escuela Jaouni, y dijo que "estas dramáticas violaciones del derecho internacional humanitario deben detenerse ya", en un mensaje en su cuenta de la red social X.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, también expresó su indignación por lo sucedido, y dijo que "el desprecio de los principios básicos del derecho internacional humanitario, especialmente la protección de civiles, no puede ni debe ser aceptado por la comunidad internacional", en un mensaje mientras se encuentra de visita oficial en Líbano.
Por su parte, Antony Blinken, el secretario de Estado de Estados Unidos (el mayor apoyo diplomático y militar de Israel), pidió este jueves protección para el personal humanitario que trabaja en la Franja de Gaza, aunque también acusó a Hamás de utilizar la infraestructura civil para esconderse y lanzar ataques.