"Ningún centro psiquiátrico externo quiere acoger al recluso maliense que en los últimos días ha protagonizado actos de canibalismo en la cárcel de Poggioreale, en Nápoles", explicó la Unión de Sindicatos de Policía Penitenciaria (USPP), según recogen los medios italianos.
El suceso fue protagonizado por un preso de Mali con graves problemas mentales, que durante una pelea con su compañero de celda le arrancó un dedo de un mordisco y después se lo tragó, tras lo cual el juez decretó que fuera trasladado a una estructura psiquiátrica.
Sin embargo, hasta ahora ninguna ha acogido la petición, por lo que la dirección se ha visto obligada a reiterarla.
"En el territorio metropolitano de Nápoles no existen instalaciones adecuadas donde acoger a los internos con patologías psiquiátricas: las Residencias con medidas de seguridad (Rem) son insuficientes y las unidades de salud mental de las prisiones no funcionan por falta de psiquiatras", asegura la USPP.
Su presidente, Giuseppe Moretti, y su secretario regional, Ciro Auricchio, piden "el envío urgente de personal médico especializado en psiquiatría, para resolver el grave problema de los presos enfermos en las cárceles".
"Estas disfunciones acaban recayendo sobre los hombros de la policía penitenciaria, ya de por sí muy escasa de personal: en Poggioreale faltan 150 unidades, en Sant'Angelo los compañeros se ven obligados a hacer turnos agotadores. En la región de Campania, en conjunto, hay un déficit de personal de 800 unidades", añadieron.
Este martes, también en esa región del sur de Italia, un preso de la zona de psiquiatría de la cárcel de San Angeo de Lombardi agredió al personal con patadas y puñetazos y causó daños significativos en la estructura, según los medios locales.