"Estoy absolutamente convencido de que sólo lograremos ese cambio, y estoy decidido a lograrlo, si hacemos las cosas difíciles ahora", afirmó el líder laborista, que ganó las elecciones generales el pasado 4 de julio con una amplia mayoría absoluta.
"Vamos a tener que ser impopulares", admitió, en alusión a varias iniciativas que generan críticas incluso dentro de su formación, como la restricción de las subvenciones energéticas a los pensionistas y de las ayudas sociales más allá del segundo hijo.
Starmer adelantó que un informe sobre el estado del Servicio Nacional de Salud (NHS) que se publicará el próximo jueves concluye que la Sanidad pública está en una grave crisis, lo que requerirá profundas reformas.
Preguntado sobre los disturbios de extrema derecha que hubo en agosto tras el asesinato de tres niñas en el norte de Inglaterra -falsamente atribuido a un refugiado en internet-, el primer ministro opinó que reflejaron "un agujero negro en el tejido social" que hay que enmendar.
Aunque tuvieron "un componente racista", el Reino Unido "no es un país racista, sino de gente decente", como evidenciaron las personas que salieron a limpiar después de las trifulcas, dijo.
"Me preocupa el ascenso de la extrema derecha", que es "como el aceite de serpiente de las respuestas fáciles", manifestó.
Starmer también reveló durante la entrevista que retiró un retrato de la ex primera ministra conservadora Margaret Thatcher de su estudio en Downing Street "porque prefiere los paisajes", y que el nuevo gato de su familia -premio para sus hijos por el traslado a la vivienda oficial- se llama Prince.