"Se informó hace tres días de un pequeño barco idéntico al que se hundió a 10 millas de Lampedusa" que fue avistado por el avión de reconocimiento de Sea Watch, declaró la ONG en un comunicado.
Según agregó, esto fue el pasado 2 de septiembre, y en aquel momento "nadie intervino".
"Si se confirmara esta coincidencia, nos enfrentaríamos a un caso grave de omisión de socorro" en el que "la intervención de las autoridades italianas se llevó a cabo cuando fue demasiado tarde".
La Guardia Costera italiana salvó ayer cerca de la isla de Lampedusa -uno de los puntos de Italia más cercanos al norte de África- a siete personas de ciudadanía siria a la deriva desde hacía tres días, después de que el barco en el que viajaban se volcara.
En la precaria embarcación de madera -que zarpó el 1 de septiembre desde las costas de Libia- iban 28 personas. De estas, 21 están desaparecidas -incluido tres menores- y muchas organizaciones humanitarias temen que hayan muerto ahogadas en el Mediterráneo.
La ONG Médicos sin Fronteras denunció este caso hoy: "Durante tres días, siete hombres permanecieron aferrados a una embarcación volcada que iba a la deriva tras abandonar Libia".
"Las otras 21 personas que los acompañaban, entre ellas tres niños, fueron tragadas por el mar. No hubo rescate hasta que llegaron a unos kilómetros de Lampedusa", lamentó MSF.
El barco de salvamento marítimo de MSF, el Geo Barents, quedó bloqueado la semana pasada por un total de 60 días por orden de las autoridades italianas. Estas argumentan que la ONG cometió una infracción en uno de sus rescates de migrantes en el Mediterráno.
"En lugar de hacer todo lo posible por rescatar vidas en el mar, respetando leyes y obligaciones internacionales y morales, los gobiernos italianos y los sucesivos políticos están implementando políticas de disuasión cada vez más inhumanas", asegura MSF.
Según añade, "mientras la gente sigue muriendo en el mar, el actual Gobierno italiano persigue a las organizaciones humanitarias y la sociedad civil con continuas medidas opresivas".
El Gobierno de Italia de la ultraderechista Giorgia Meloni tiene como elemento central de su agenda política la lucha contra la migración irregular.
Desde que asumió el poder hace casi dos años ha intentado frenar el acceso de migrantes por ruta del Mediterráneo. La entrada de personas por esta vía se redujo en lo que va de 2024 en dos tercios respecto al año previo.
De acuerdo con MSF, el miércoles hubo otro naufragio frente a las costas de Libia que se saldó con otros 22 desaparecidos.
Según denuncia la entidad, más de 1.300 personas han desaparecido desde principios de año en el Mediterráneo.