Un comunicado castrense al respecto del ataque en Deir al Balah aseguró que el área estaba siendo utilizada como centro de operaciones de Hamás y la Yihad Islámica Palestina, por lo que el Ejército llevó a cabo un ataque selectivo dirigido a “eliminar una amenaza inmediata”.
Las fuerzas armadas recalcaron a EFE que el ataque se produjo contra un área "adyacente" al hospital, y no contra el propio centro, si bien sus alrededores sirven de refugio para algunos de los en torno a dos millones de desplazados que se hacinan en la "zona humanitaria".
La agencia palestina de noticias Wafa denuncia que entre las víctimas mortales del ataque se encuentran mujeres y niños, si bien no aportaron más datos al respecto.
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"Antes del ataque se tomaron medidas para mitigar el riesgo de dañar a civiles, como el uso de municiones de precisión, vigilancia aérea e inteligencia adicional", defiende el comunicado castrense con un mensaje que utiliza habitualmente después de atacar puntos protegidos por el derecho internacional humanitario, como hospitales o escuelas.
En este sentido, las fuerzas armadas denunciaron que las milicias palestinas operan desde infraestructuras civiles, lo que "viola el derecho internacional".
El Ejército confirmó a EFE en la mañana de este jueves otro ataque nocturno dirigido contra las tiendas de campaña en las playas de Mawasi, junto a la ciudad sureña de Jan Yunis y también parte de la “zona humanitaria”.
"Durante la noche, siguiendo la inteligencia del Ejército, las Fuerzas del Aire atacaron a un terrorista de Hamás", informaron al respecto del bombardeo, con una víctima mortal hasta el momento.
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No es la primera vez que Israel ataca la “zona humanitaria” que se encuentra junto a la costa en el sur de Gaza. El pasado julio llevó a cabo uno de sus bombardeos más violentos contra este espacio, matando a 90 personas junto a las playas de Mawasi con el objetivo de acabar con Mohammed Deif, jefe del brazo armado de Hamás.
Las fuerzas armadas designaron una "zona humanitaria" que abarca territorios de Mawasi y Jan Yunis, en el sur de Gaza, y Deir al Balah, en el centro, si bien han ido reduciendo su perímetro a lo largo de los meses bajo la premisa de que los milicianos la utilizan para atacar a las tropas.
El 90 % de la población gazatí -más de dos millones de personas- se ha visto desplazada por la guerra, y la gran mayoría se hacina en el enjambre de tiendas de campaña de la “zona humanitaria”, con pobres condiciones humanitarias marcadas por la escasez de agua o electricidad.
Según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), “más de un millón de personas no recibieron ninguna ración de comida en agosto en el sur y centro de Gaza” a causa del reducido flujo de camiones de ayuda humanitaria que entran al enclave.
Wafa recogió que, junto a Deir al Balah, el campamento de refugiados de Nuseirat -también en el centro de Gaza- sufrió ataques de artillería israelíes, algo que también ocurrió en las sureñas Jan Yunis y Rafah.
Desde que comenzó la guerra el pasado octubre, 40.819 palestinos han muerto en la Franja de Gaza y otros 94.291 resultaron heridos, según el balance del Ministerio de Sanidad del enclave.