Estos ingresos por hidrocarburos son "la financiación de la máquina económica y social argelina" a través de una política de beneficios sociales, explicó a EFE el experto en geoeconomía, Djelloul Slama. Pero los comerciantes del mercado de Clausel, en el centro de Argel, ven cómo sus clientes compran menos por la pérdida de poder adquisitivo.
Con el aumento de la demanda energética global y los elevados precios del gas en los mercados internacionales, Argelia se embolsó 60.000 millones de dólares en 2022 y 50.000 millones de dólares el pasado año.
"Argelia se ha beneficiado mucho de la situación internacional, especialmente desde la guerra ruso-ucraniana que favoreció el aumento de los precios del gas", recordó el profesor de Economía, Mourad Kouachi que reseña cómo el Ejecutivo convirtió estas ganancias en una política de redistribución mediante beneficios sociales que se estiman en unos 20 mil millones anuales.
Diversificación pero más gas
Con estos ingresos de renta, Argelia consiguió estabilizar el déficit presupuestario, aunque se espera que aumente considerablemente este año ya que el Ejecutivo ha aprobado las mayores finanzas de la historia del país con unos 113 mil millones de dólares en gasto público, un aumento del 6%.
"Se espera que Argelia continúe logrando tasas de crecimiento superiores al 4% durante el próximo período con reservas de divisas de aproximadamente 70 mil millones de dólares, y todo gracias a los ingresos de los hidrocarburos que desempeñaron un papel importante en el logro de importantes equilibrios financieros del Estado y también permitieron al Gobierno establecer presupuestos enormes", detalla.
Aunque el país anunció una estrategia de diversificación, para saltar de una economía rentista a una productiva, Argelia prevé duplicar su producción de gas ante la demanda mundial, especialmente de países europeos, para lo que ha planificado unos 50 mil millones de dólares entre 2024-2028.
En 2023, su cuota de producción aumentó un 4% hasta alcanzar los 101,5 mil millones de metros cúbicos en comparación con los 97,6 mil millones de metros cúbicos en 2022 y ha estimado unos 200.000 millones para el próximo lustro.
Según Slama, como Argelia está ubicada en el frente marítimo africano de Europa, "las exportaciones se realizan más por tuberías, de ahí el interés europeo, porque es la forma menos costosa para el cliente".
Política con riesgos
Aunque la inflación se ha moderado, sigue oscilando entre el 6% y el 7%, por lo que la sociedad argelina, de amplia clase media, ha notado una acentuada pérdida de poder adquisitivo.
Cada vez menos argelinos pueden costearse un coche que hace más de un lustro era accesible por menos de un millón de dinares argelinos (unos 6.700 euros) y actualmente los vehículos de segunda mano de alta gama superan el precio de fábrica. La devaluación del dinar, por la política expansiva, impide cada vez más los viajes al extranjero.
"Argelia es un país de bondad, riqueza y juventud y no somos un país que mata de hambre a su pueblo", declaró el presidente argelino y candidato a las elecciones, Abdelmajid Tebboune, sobre una política de subsidios, como la extensión de la paga de desempleo a quienes nunca habían cotizado, que ha abanderado en estos cinco años de presidencia y que pretende incrementar.
"Somos el único país después de Europa del oeste que ofrece un subsidio de desempleo", aseguró.
Al tiempo que los tres candidatos (Tebboune, Abdelali Hassani de Movimiento de la Sociedad por la Paz (MPS) y Youcef Aouchiche del Frente de Fuerzas Socialistas) prometen beneficios sociales, todos coinciden en la necesidad de activar la industria y producción local para generar empleo y una economía productiva más allá de los hidrocarburos.
"Creo que la mayor apuesta a la que el gobierno argelino se enfrentará en la próxima etapa es cómo controlar las tasas de inflación y trabajar para mejorar el poder adquisitivo del ciudadano", estimó Kouachi.
Analistas coinciden en que la dependencia de los hidrocarburos en la volatilidad internacional conlleva riesgos para una economía rentista. Incluir la esfera informal, eliminar restricciones burocráticas e incentivar las exportaciones no hidrocarburíferas son algunos de los retos y, los planes anunciados no parecen convencer a algunos argelinos para acudir a las urnas este sábado.