"Nunca entendí cómo los judíos pueden colaborar con los nazis, pero parece que incluso hoy hay algunos que prefieren ponerse del lado de los terroristas sedientos de sangre", escribió Danon en su cuenta de X poco después de escuchar a Novak, quien hablaba por videoconferencia desde Israel, invitada por la presidencia del Consejo, este mes en manos de Eslovenia.
Danon reprochó a su compatriota haber llamado a Israel "estado de apartheid" y haber acusado al Gobierno de Benjamín Netanyahu de cometer crímenes contra la humanidad, así como de ignorar la suerte de los rehenes en Gaza y optar por "difundir mentiras para desviar la discusión".
Efectivamente, Novak no ahorró duras críticas contra el gabinete de Netanyahu, como cuando dijo que "promueve una agenda ideológica para hacer a Gaza invivible" o que "es hora de que el Consejo siga la opinión de la Corte Internacional de Justicia sobre la ilegalidad del proyecto de Israel de ocupación y asentamientos".
La sesión del Consejo de hoy fue solicitada por separado por Israel y Argelia: los primeros, para tratar el asesinato de los últimos seis rehenes por parte de Hamás; los segundos, para instar al Consejo a obligar a las partes a terminar con la guerra o al menos declara una tregua.
Poco antes de comenzar la sesión, el embajador Danon declaró ante los periodistas que no entendía cómo durante 11 meses -los que dura la guerra en Gaza- el Consejo no había sido capaz de condenar el ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre ni de declararlo como una organización terrorista, cuando sí había tenido tiempo de consensuar cuatro resoluciones.
Lo que Danon no dijo es que esas cuatro resoluciones, que pedían un alto el fuego, un aumento de la asistencia humanitaria en Gaza y poner fin a los asentamientos, han quedado en papel mojado por la negativa de Israel a aplicarlos.