El crecimiento del producto interior bruto (PIB) de la mayor economía latinoamericana entre abril y junio también superó el de los tres primeros meses del año (+1,0%) y fue el mayor para un trimestre desde comienzos de 2023, según los datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), publicó EFE.
La expansión de la economía brasileña en los últimos doce meses hasta junio se situó en el 2,5% y en el acumulado en el primer semestre de este año en el 2,9%.
Estas tasas son compatibles con el crecimiento proyectado por el Gobierno brasileño para este año (2,5%) y con el previsto por los economistas (2,46%).
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Pronósticos
De cumplirse esos pronósticos, Brasil terminará 2024 con un crecimiento ligeramente inferior al 2,9% que registró tanto en 2022 como en 2023.
De acuerdo con el IBGE, el crecimiento del segundo trimestre fue impulsado principalmente por los servicios, que se expandieron un 1,0%, así como por la industria (+1,8%), resultados que compensaron el retroceso del 2,3% sufrida por el sector agropecuario.
Desde el punto de vista de la demanda, el crecimiento del segundo trimestre frente al primero fue impulsado por el aumento del consumo de las familias (+1,3%) y por el aumento de los gastos del Gobierno (+1,3%).
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El consumo ha estado creciendo en Brasil impulsado por la fuerte caída del desempleo, que en el trimestre concluido en julio se ubicó en el 6,8%, su menor tasa en una década, así como por el aumento de la renta, del crédito y de los subsidios distribuidos por el Gobierno.
De acuerdo con los economistas, la demanda interna de Brasil creció por encima de la capacidad productiva del país, lo que explicó el fuerte aumento de las importaciones (+7,6%) y puede presionar la inflación, un temor ya admitido por el Banco Central y que puede llevar al organismo a emisor a volver a aumentar los tipos.
Igualmente preocupa al Banco Central que el crecimiento también siga impulsado por los gastos del Gobierno, lo que puede continuar agravando el déficit en las cuentas públicas.