Si bien inicialmente Starmer tenía en mente incorporar un perro, en concreto, un pastor alemán, a petición de sus hijos, el nuevo gato se mudó a la residencia del jefe del Ejecutivo este lunes.
En declaraciones a la cadena BBC, el líder laborista reveló que había pasado un “largo verano de negociaciones” familiares barajando diferentes opciones, tras lo que, finalmente, se habían decidido por un gato en lugar de un perro.
Starmer ha revelado que instalar una trampilla de entrada y salida de gatos en la puerta principal de su residencia oficial y sede del Gobierno, a prueba de bombas, está resultando “bastante complicado”.
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Downing Street ha albergado numerosas mascotas a lo largo de los años y también el anterior primer ministro, el conservador Rishi Sunak, incorporó un perro Labrador durante su mandato, mientras que otro exjefe del Ejecutivo, Boris Johnson, tuvo otro can, un Jack Russell adoptado.
A lo largo de los años, Winston Churchill también tuvo dos gatos y un perro.