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La Policía Judicial de Portugal realizó este viernes una gran incautación de más de 3.600 kilos de cocaína que estaban escondidos en un contenedor de harina de soja. La carga salió de Paraguay semanas antes, con varias escalas antes de llegar a Europa, asegura un medio uruguayo.
Tres ciudadanos portugueses fueron detenidos en esta operación, conocida como Tártaro. Anteriormente, ya se habían confiscado otros 2.952 kilos de cocaína bajo el mismo operativo.
Las autoridades calcularon que la cantidad total de droga decomisada asciende a 6,5 toneladas, con un valor estimado de US$ 195 millones. Este decomiso se considera la mayor incautación de cocaína del año en dicho país.
Además del cuerpo policial, la operación contó con la colaboración activa de la autoridad tributaria lusa, que consiguió requisar varios vehículos de alta gama y documentación relevante para la investigación.
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¿De dónde llegaron los 3.600 kilos de cocaína?
El comunicado del Gobierno portugués, aunque no especifica el país de origen de la droga, confirma que el cargamento de soja provenía de América Latina. Según información disponible, el contenedor viajó a Europa en un buque de la Mediterranean Shipping Company (MSC).
El contenedor salió de Paraguay en julio y fue escaneado en el puerto de Montevideo antes de continuar su ruta hacia Europa. Las autoridades uruguayas, incluyendo Prefectura Naval y la Dirección Nacional de Aduanas, ya están al tanto de la situación. Actualmente, estas instituciones están coordinando acciones para continuar con la investigación, según cita el medio uruguayo La Diaria.
La importancia de esta incautación radica no solo en la cantidad de droga decomisada, sino también en la colaboración y coordinación internacional que ha implicado.
Los detalles sobre los arrestos y la investigación en curso aún son limitados, pero se espera que nuevas informaciones surjan conforme avance el proceso judicial y policial. El desarrollo de esta operación podría desmantelar importantes redes de tráfico de drogas en Europa y América Latina.
Las autoridades uruguayas, junto con sus homólogos portugueses, continúan trabajando de manera conjunta para esclarecer todos los aspectos de esta operación y garantizar que los responsables enfrenten la justicia.