Lograr pactos con la BSW no será fácil. El partido lleva el nombre de su fundadora e impulsora, Sahra Wagenknecht, que inició su carrera política dentro del antiguo Partido del Socialismo Democrático (PDS), heredero del Partido Socialismo Unificado (SED) de la extinta RDA.
Dentro del PDS Wagenknecht lideró un grupo que se llamaba Plataforma Comunista, que quería defender las raíces marxistas del partido y se oponía a lo que ella veía como una socialdemocratización.
En ese entonces, en los años inmediatamente posteriores a la reunificación, se le solía comparar con la legendaria líder comunista Rosa Luxemburgo.
El entonces jefe del PDS, Gregor Gysi, que buscaba dejar atrás la herencia del SED y abrir la posibilidad de cooperar con el Partido Socialdemócrata (SPD), dijo en alguna ocasión, cuando se le preguntó por Wagenknecht y la Plataforma Comunista, que tenía que admitir que su agrupación tenía "militantes peculiares".
Wagenknecht no sólo siguió en el PDS cuando este se fusionó con un grupo de disidentes socialdemócratas para crear La Izquierda, sino que formó parte del nuevo partido y llegó a ser presidenta del grupo parlamentario.
El ascenso de la ultraderechista AfD en el este de Alemania, que se venía anunciando desde hace años, y la pérdida de votos de La Izquierda, donde el viejo PDS tenía su bastión, fue uno de los factores que llevó a Wagenknecht a fundar el nuevo partido, seguida por otros dirigentes.
Su diagnóstico era que La Izquierda había dejado de captar el descontento en el este y que eso se debía en buena parte a que había dejado de preocuparse por su clientela habitual, como los trabajadores de bajos ingresos, y había empezado a apuntar a los votantes tradicionales de Los Verdes haciendo énfasis en temas como la lucha contra el cambio climático o la transformación energética.
Eso, según ella, había llevado a que La Izquierda perdiera votos justo frente a AfD, que se presentaba como nuevo partido de protesta.
También se propuso no dejarle a AfD el monopolio de temas como la inmigración o el rechazo al envío de armas a Ucrania.
Con ese perfil la BSW se presentó primero a las elecciones europeas, donde obtuvo el 6,2 con ciento, y luego a las regionales de Turingia y Sajonia, en las que sacó el 15,8 % y el 11,8 % respectivamente.
De momento, todo apunta a que toda formación de Gobierno en Turingia y Sajonia, si se mantiene el cordón sanitario tendido contra AfD, tiene que pasar por la BSW.
Ello exige que la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU), que tendría que encabezar el Gobierno en los dos "Länder", salte por encima de su propia sombra en varios temas relacionados con política social y económica.
Un punto complicado es la postura de BSW ante la guerra de Ucrania -exige poner fin al envío de armas, buscar una salida diplomática y está en contra del estacionamiento de misiles de EEUU en Alemania-, aunque los otros partidos han recordado permanentemente que esos no son asuntos que se resuelvan en Turingia y Sajonia.
En Turingia la BSW está liderada por Katja Wolf, una política proveniente de La Izquierda que fue durante 12 años alcaldesa de Eisenach -una de las principales ciudades de esa región alemana. Wolf es considera una política más pragmática que Wagenknecht, lo que podría facilitar las conversaciones de cara a formar Gobierno.
En Sajonia la líder de AfD es Sabine Zimmermann, que ha dicho que espera ser invitada a conversaciones por la CDU.
A finales de este mes, el 22 de septiembre habrá otras elecciones regionales en Brandeburgo, estado que circunda a Berlín y que también está en el este de Alemania. Allí se espera también un fuerte repunte de AfD, a la que las encuestas le dan el primer lugar con un 24 %, y de BSW, que alcanzaría el 17 %.