En cada sendero se conserva una colección botánica que rinde homenaje a la biodiversidad de la ciudad y recuerda las múltiples razones por las que la capital del departamento del Valle del Cauca fue escogida para ser sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad COP16.
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María Clara Domínguez es directora de la Fundación Zoológico de Cali y administradora del Jardín. Ella Sabe que su trabajo va más allá y busca sembrar en el presente algo que puedan disfrutar las generaciones que vienen en camino.
“Este 1 de septiembre cumplimos un año de reapertura y en este año hemos recibido a más de 70.000 visitantes que han atravesado y disfrutado nuestro bosque seco tropical, algo que es muy escaso en Colombia, porque se calcula que solo hay un 8 % de suelos con estas características en el país”, indicó Domínguez a EFE.
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Para deleitar los sentidos
En medio de bromelias, orquídeas, heliconias, liberales, palmas y cientos de especies de flores, la directora asegura que el Jardín Botánico de Cali “es un bebé que apenas aprende a caminar, pero que lo hace firmemente en cada paso”.
“Vamos por buen camino, el trabajo es intenso, pero las futuras generaciones disfrutarán de un jardín muchísimo más fuerte y eso nos llena de orgullo”, insiste Domínguez.
Abejas, mariposas y cientos de aves de todas las especies acompañan el recorrido de quienes se sienten atraídos por este espacio ubicado en la falda de los imponentes Farallones de Cali y que será uno de los principales atractivos de la COP16.
“Este será un sitio obligado para los visitantes internacionales y ambientalistas del mundo. Ya preparamos visitas guiadas, avistamiento de aves y charlas para que disfruten de todos los ecosistemas”, puntualizó la directora, quien ha tenido contacto constante con los representantes de los jardines botánicos de Nueva York y Misuri.
Un jardín donde florece la ciencia
Alejandro Zuluaga, profesor de la Universidad del Valle, es uno de los visitantes constantes al Jardín, en el que tratan de evitar la extinción del Lirio Caucano (Urceolina caucana), una especie en peligro de extinción en el valle geográfico del río Cauca.
“Este espacio es perfecto para estudiar las amenazas que tienen las poblaciones, pues nos permite estudiar el bosque y reproducir la especie fuera del ecosistema. En un futuro serán reintroducidas”, aseguró el docente.
Por su parte, Alejandra Conde, magíster en educación ambiental de la Universidad Santiago de Cali, ve al Jardín como un ejemplo de los paraísos ambientales que se resisten a morir por la depredación urbana.
“El Jardín es un espacio biodiverso en medio de la ciudad, una apuesta para la conservación de los ecosistemas en nuestro territorio urbano que cada día se ve amenazado por el crecimiento urbanístico”, precisó Conde a EFE.
Las plantas enseñan
Actualmente los directivos del Jardín Botánico de Cali desarrollan la fase dos de infraestructura física, donde se adecúan tres nuevas estaciones.
“Queremos que nos sigan visitando, las plantas son demasiado atractivas porque nos enseñan muchísimas cosas, pero, sobre todo, a amarlas y respetar nuestros ecosistemas”, concluyó la directora Domínguez.
Cali, la principal ciudad del Pacífico colombiano, será la sede de la Conferencia de la Organización de Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16), que se celebrará entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre de este año.
“Este será el evento más importante que se haya realizado en la historia del país por su impacto mundial. Hoy todos hablan de Cali por la COP, y es un orgullo que la naturaleza de nuestro pacífico marque la agenda internacional; esta ciudad de reconciliación también se reconcilia con el medioambiente con el Jardín Botánico”, concluyó Alejandro Eder, alcalde de Cali, a EFE.