Las Fuerzas Armadas iraquíes informaron en un comunicado que entre los 14 abatidos se encontraban "líderes del grupo terrorista Estado Islámico" a los que el Ejército y los servicios de Inteligencia habían estado siguiendo en los últimos dos meses en la zona de Al Huzaimi, ubicada al este de Wadi al Ghadaf.
La operación tuvo lugar la madrugada del jueves 29 de agosto, cuando aviones de combate iraquíes efectuaron "bombardeos sucesivos de sorpresa" sobre las bases de los presuntos terroristas. Seguidamente, varios soldados realizaron una incursión terrestre para rodear a la zona y "sorprender a los líderes atrincherados en el lugar".
Según el comunicado castrense, esta operación fue realizada con la cooperación y coordinación técnica de la coalición internacional antiyihadista liderada por Estados Unidos, que está desplegada en Irak desde que el EI tomó el control de amplias zonas del país árabe en 2014.
Durante la redada se produjeron enfrentamientos con los presuntos yihadistas, que de acuerdo con la nota iban equipados con cinturones explosivos y portaban granadas de mano.
Asimismo, el Ejército iraquí destruyó los refugios, túneles, armas y municiones en posesión de los hombres armados, además confiscó una serie de documentos y "dispositivos de comunicación importantes" de los que no ofreció detalles.
El Ejercito iraquí ha intensificado en los últimos meses sus ataques contra supuestos escondites del EI en el oeste y el centro de Irak, donde la formación yihadista aún mantiene células activas que perpetran atentados esporádicos principalmente contra las fuerzas de seguridad, según las autoridades de Bagdad.
El EI en Irak controló amplias zonas desde 2014 hasta su derrota territorial en 2017, pero el grupo yihadista aún cuenta con unos pocos miles de combatientes esparcidos en múltiples células en Siria e Irak, de acuerdo con los últimos informes del Consejo de Seguridad de la ONU.