Al multimillonario de 39 años, detenido en el aeropuerto de Le Bourget al norte de París, se le acusa de no actuar contra la difusión de contenidos delictivos en su servicio de mensajería cifrada.
La compañía, que cuenta con 900 millones de usuarios, aseguró que “cumple las leyes de la Unión Europea” y que “es absurdo afirmar que una plataforma o su propietario son responsables de los abusos”.
Telegram se ha posicionado como una alternativa a las plataformas de mensajería estadounidenses, criticadas por su explotación comercial de los datos personales de los usuarios, defendiendo la confidencialidad.
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La mensajería cifrada desempeña un papel clave en el contexto de la ofensiva rusa en Ucrania, iniciada en febrero de 2022, y es utilizada activamente por políticos y observadores de ambos bandos. Pero sus detractores acusan a Telegram de albergar contenidos a menudo ilegales, desde imágenes sexuales extremas a desinformación, pasando por servicios de compra de drogas.
Apertura de investigación
La justicia francesa había abierto una investigación el 8 de julio por complicidad en delitos organizados en la plataforma como narcotráfico, pornografía infantil, fraude y blanqueo en banda organizada, entre otros.
Su guardaespaldas y su asistente, que también fueron detenidos el sábado por la noche a su llegada a Francia junto a Durov, fueron puestos en libertad tras ser interrogados, según una fuente cercana al caso.
El magnate podría seguir los pasos de sus trabajadores o bien acabar en prisión preventiva o con control judicial, si los jueces de instrucción deciden enviarlo ante el tribunal de París para su imputación.
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Apoyos de Musk y Snowden
Durov, afincado en Dubái en los últimos años y con pasaporte también francés, llegó a París procedente de Bakú y tenía previsto cenar en la capital francesa, según fuentes cercanas al caso.
El presidente ruso, Vladimir Putin, también estuvo en la capital de Azerbaiyán los días 18 y 19 de agosto, pero el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, negó que ambos se hubieran reunido.
Moscú declaró el martes que los cargos son “muy graves” y advirtió a Francia que no intente “intimidar” a Durov, pese a que el presidente francés, Emmanuel Macron, negó que su detención fuera “política”.
Durov, cuya fortuna la revista Forbes estima en 15.500 millones de dolares, recibió también el apoyo del jefe de la red social X, Elon Musk, y del denunciante estadounidense residente en Rusia Edward Snowden.
Según Telegram, su fundador tiene también la nacionalidad de Emiratos Árabes Unidos, donde tiene su sede la compañía. Este país pidió a Francia un acceso consular a Durov.
Esta figura enigmática, que rara vez habla en público, dejó Rusia hace 10 años, y promociona con orgullo su estilo de vida, que incluye baños de hielo y la abstinencia del alcohol y el café.
En los últimos días, aparecieron numerosos interrogantes sobre el momento y las circunstancias de su detención, en particular por qué voló a París si pesaba sobre él una orden de detención.