En un comunicado, MSF subrayó el “fracaso estrepitoso de la respuesta humanitaria de las organizaciones internacionales”, las cuales “no han dado una respuesta adecuada a las necesidades médicas”, agravadas por la crisis de desnutrición infantil y brotes de enfermedades como el cólera.
Datos de la ONU afirman que el 54 % de la población sudanesa afronta dificultades para alimentarse adecuadamente en lo que actualmente es la peor crisis de hambre del mundo.
En ese sentido, la organización médica indicó que cerca de 35.000 niños con desnutrición aguda han tenido que ser asistidos en el país.
La coordinadora de MSF en Darfur, Tuna Turkmen, manifestó: “Hoy los niños mueren de desnutrición en todo Sudán. La ayuda que necesitan apenas llega y, cuando lo hace, a menudo está bloqueada”.
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Las restricciones humanas y bloqueos impuestos por las partes beligerantes impiden a la organización llegar a las zonas afectadas por el conflicto para enviar la ayuda necesaria, a lo que se suman ahora también a los desastres naturales.
“Cada vez es más difícil prestar la atención médica que necesitan nuestros pacientes, incluida la atención materna y de urgencias. En el sur de Jartum, MSF lleva muchos meses sin poder llevar suministros médicos ni personal”, aseguró la coordinadora de MSF en Sudán, Claire San Filippo.
Además, MSF recalcó el repunte de casos de malaria por todo el país, con brotes de cólera declarados en al menos tres estados, mientras que el conflicto ha dejado fuera de servicio a casi el 80% de los centros de salud, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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La organización médica insta a ambos bandos del conflicto y a los Estados con influencia en el conflicto a "garantizar la protección de los civiles, el personal sanitario y las instalaciones médicas".
A todo ello se suma ahora el fuerte temporal de lluvias que azota la región, responsables de haber causado e el colapso de una presa en el este del país que dejó al menos 60 personas fallecidas.
La guerra en Sudán ha provocado la peor ola actual de desplazados en el mundo y ha dejado, según la ONU, alrededor de 18.000 muertos en un año y cuatro meses de guerra.