La zona en cuestión se encuentra en Deir al Balah, en el centro de la Franja de Gaza, y la orden militar también se aplica a un campo de refugiados que los palestinos deben abandonar.
Se trata de la décimo sexta evacuación ordenada por el Ejército israelí en diez meses de guerra.
El portavoz de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU, Jens Laerke, explicó en Ginebra que la evacuación ha afectado considerablemente el suministro de ayuda en Gaza, de por sí limitado, porque su personal y el de otras organizaciones de ayuda han tenido que abandonar la zona.
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La ONU había trasladado a Deir al Balah su mayor centro de operaciones humanitarias, que antes tenía en Rafah, localidad fronteriza con Egipto y que fue tomada militarmente por Israel el pasado mayo.
Hospitales en condiciones mínimas de seguridad
En total, quince instalaciones de la ONU han tenido que cerrar por esta nueva evacuación, lo que reduce a menos del 10 % del pequeño territorio de Gaza la superficie reservada a los dos millones de desplazados palestinos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostuvo que esta evacuación también puede afectar la campaña de vacunación contra la polio que está ultimando con el objetivo de inmunizar a 640.000 niños menores de diez años.
Las condiciones en las que viven los gazatíes desde el inicio de la guerra han provocado varios brotes epidémicos y a la reaparición de enfermedades tan graves como la polio, que se consideraba erradicada tras más de veinte años sin reportarse ningún caso.
La portavoz de la OMS, Margaret Harris, explicó que no hay claridad sobre dónde y cómo se puede proceder a la vacunación en condiciones mínimas de seguridad.
La organización espera que las autoridades israelíes le proporcionen indicaciones en ese sentido, ya que las vacunas ya están en Gaza y la formación del personal a cargo de la vacunación se ha completado.