“Las acusaciones presentadas son efectivamente muy serias y exigen unas pruebas no menos serias”, dijo Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, en su rueda de prensa telefónica diaria, al referirse a la detención contra el CEO y cofundador de Telegram, Pável Dúrov.
En caso contrario, añadió, “será un intento directo de restringir la liberad de comunicación e incluso se podrá decir que una intimidación directa del jefe de una gran compañía”.
“Es decir, saltará a la vista que es política, algo que ayer el señor (presidente de Francia, Emmanuel) Macron negó”, subrayó.
Peskov expresó su confianza en que Dúrov pueda defenderse con la ayuda de sus abogados y admitió que el hecho de que éste ostente también la ciudadanía francesa dificulta una posible asistencia consular rusa.
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La Fiscalía francesa explicó el lunes que Dúrov fue detenido en el marco de una investigación por una docena de cargos, que incluyen complicidad en la difusión de imágenes pedófilas, en estafa y en tráfico de estupefacientes.
Telegram: complicidad para transacciones ilícitas
La lista de cargos contra Dúrov comprende complicidad en la administración de una plataforma en línea para permitir transacciones ilícitas de bandas organizadas, rechazo a cooperar con las autoridades compartiendo documentos o informaciones necesarias para evitar actos ilegales y complicidad en estafas y en tráfico de drogas, precisó un comunicado de la Fiscalía.
La acusación contra Dúrov se conoció poco después de Macron se pronunciara sobre el caso para rechazar tajantemente que el arresto fuera “una decisión política”.
Dúrov, de 39 años, fue detenido en la noche del pasado viernes al llegar al aeropuerto privado de Le Bourget, junto a París.
Tras el arresto, la red de mensajería encriptada publicó un comunicado en el que aseguró que la plataforma “cumple con las leyes de la UE, incluida la Ley de Servicios Digitales” y que “su moderación se encuentra dentro de los estándares de la industria y mejora constantemente”.
Ola de indignación: perseguido por negarse a subordinarse al dictado de Occidente
La detención de Dúrov, que nació en San Petersburgo, pero reside en Dubái desde 2017, ha provocado una ola de indignación entre los diputados y senadores rusos.
Estos políticos, que incluso celebraron un mitin de protesta ante la embajada francesa en Moscú, aducen que Dúrov es perseguido por negarse a subordinarse al dictado de Occidente, como le ocurre a Rusia.
En cambio, la prensa independiente recuerda que las autoridades rusas aprobaron el bloqueo de Telegram en 2018, pero tuvieron que desistir dos años más tarde ante la incapacidad técnica de restringir sus actividades.
También aluden a que el Kremlin presionó a Dúrov para que vendiera Vkontakte, el Facebook ruso, lo que propició la fundación en 2013 de Telegram y su posterior exilio.