Kuleba también insistió en solicitar a sus aliados que empiecen a hacer uso de sus propios medios de defensa antiaérea para derribar los drones y misiles rusos que lleguen a las zonas cercanas a las fronteras occidentales de Ucrania.
“Hay dos decisiones específicas de nuestros socios que pueden ayudarnos a poner fin al terror ruso más pronto. Primero, permitir los ataques de largo alcance de Ucrania contra todos los objetivos militares legítimos en territorio ruso. Segundo, acordar utilizar las capacidades de defensa aérea de los aliados para derribar misiles y drones cerca de su espacio aéreo”, escribió Kuleba en su cuenta de su red social X.
Los principales aliados occidentales de Ucrania permiten a Kiev utilizar el armamento que le envían contra objetivos militares emplazados en ciertas zonas de la Federación Rusa situadas cerca de la frontera con Ucrania, pero siguen sin permitirle golpear con sus misiles de largo alcance lugares más alejados de la frontera.
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En estas circunstancias, Ucrania desarrolla drones y misiles propios con los que alcanza con creciente frecuencia objetivos militares y estratégicos dentro de Rusia.
Ucrania reivindica la necesidad de poder golpear estos objetivos para neutralizar en origen a los aviones que Rusia usa para lanzar ataques masivos contra territorio ucraniano como el de este viernes, que ha matado a al menos cuatro personas y ha destruido de nuevo infraestructuras eléctricas ucranianas.
Desde que Estados Unidos, Francia, Reino Unido y otros países ayudaran a mediados de abril al Estado hebreo a interceptar desde sus bases en la región los más de trescientos drones y misiles con los que Teherán atacó a Israel, Kiev ha pedido a sus aliados que hagan lo propio con los misiles rusos desde territorio de la OTAN cercano a Ucrania.
Ningún aliado occidental de Kiev ha accedido por el momento a ofrecer este tipo de ayuda.