En una sesión del Parlamento en Venezuela, el diputado advirtió que Machado y González Urrutia, además de los antichavistas Leopoldo López, Julio Borges, Carlos Vecchio, Henrique Capriles, Antonio Ledezma, Henry Ramos Allup y Carlos Ocariz, “serán acusados ante las autoridades competentes por los más altos delitos, y no habrá beneficios para ninguno”.
“No nos vamos a detener, y si quieren provocarnos, les voy a decir algo, vamos a caer en la provocación, pero los vamos a joder, los vamos a joder”, insistió Cabello, primer vicepresidente del gobernante Partido Socialista Unido (PSUV), quien aseguró que les van a “dar la lección de las lecciones” y los van “a agarrar”.
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Además, el oficialista llamó “viejito miserable” y “rata sin escrúpulos” a González Urrutia, a quien acusó de ser un “agente de la CIA (Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos)” y de haber estado “acostumbrado a asesinar gente en El Salvador”, sin mostrar prueba alguna.
Mientras, González Urrutia y Machado participaban en un acto multitudinario en Caracas, donde insistieron en que ellos no caerán en las provocaciones del chavismo, ya que la misión es defender el voto que los ciudadanos emitieron el pasado domingo, cuando -aseguran- ganó el opositor por una “abrumadora” mayoría, desestimando así los datos brindados por el CNE, que otorgó la victoria a Maduro.
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Por su parte, el presidente del Parlamento, el chavista Jorge Rodríguez, pidió, minutos antes de la comparecencia de Cabello, cárcel para González Urrutia y Machado, quienes -dijo- recorrieron ciudades en el país durante la campaña electoral para “sembrar sus células violentas, poner dinero y distribuir droga”, aunque no mostró prueba alguna de estas acusaciones.
Desde este lunes, ha habido múltiples protestas en Caracas y buena parte del país en rechazo a los resultados brindados por el CNE, acciones respondidas, en algunos casos, con represión por parte de cuerpos policiales y militares.
La oposición mayoritaria señala estas manifestaciones como “expresiones espontáneas y legítimas”, mientras que el Gobierno las tacha de “criminales” y “terroristas”, a la vez que denuncia un golpe de Estado “fraguado nuevamente” por “factores fascistas de derecha extremista”.
Según ONG, ha habido, al menos, seis muertos y 84 heridos, mientras que la Fiscalía contabiliza 749 detenciones.