Esa preocupación ha motivado la participación de siete legisladores latinoamericanos en la reunión anual de la Alianza Interparlamentaria sobre China (IPAC), un foro internacional que arrancó este martes en Taipéi para “prevenir la infiltración política y económica” de China.
Una de las participantes es la senadora boliviana Cecilia Requena, quien se muestra muy crítica respecto a la “relación privilegiada” del Gobierno de su país con China.
“China en Bolivia prácticamente no ha invertido nada. Lo que hace Bolivia es prestarse dinero de China para pagarle el trabajo de construir infraestructura, y normalmente esas contrataciones no tienen licitación (...). Ya hemos tenido casos en que hay caminos que se han caído. La mala calidad de la infraestructura ya no sorprende a nadie en el caso de las empresas chinas”, afirma en declaraciones a EFE al término del primer día del encuentro.
Según Requena, China actúa como una “unidad monolítica” que tan sólo se comunica con el Gobierno, no con los miembros del Parlamento, lo que dificulta las tareas de fiscalización de los legisladores.
“Y hay otros problemas también con la explotación del oro en la cuenca amazónica de Bolivia, o ahora con la promoción de la venta de carne a China; el litio, que es un contrato que no tiene transparencia y que no está dando resultados… En fin, tenemos una cantidad de problemas grandes que son difíciles de abordar por esa relación especial”, lamenta.
Esta misma línea sostiene el senador paraguayo Eduardo Nakayama, primer legislador latinoamericano en unirse a la IPAC, un espacio que aprovecha para denunciar el “abuso” y el “atropello” a los derechos humanos por parte de China.
“Creo que es muy importante la participación de países de América Latina, sobre todo por este intento imperialista (de China) de tomar prácticamente los recursos y las materias primas de África, pero que también se está dando en América Latina en forma creciente”, subraya Nakayama a EFE.
El parlamentario recuerda que América Latina está viviendo “momentos difíciles” por Venezuela, país al que define como el “principal aliado” en la región de un “nuevo eje” formado por Moscú, Teherán y Pekín.
“Eso complica y bastante el panorama a nivel latinoamericano y nosotros tenemos que buscar estrechar los vínculos con otras democracias, porque eso nos garantiza a nosotros que el día de mañana no caigamos en desgracia”, apunta.
<u>Relevancia internacional de Taiwán</u>
Requena y Nakayama forman parte del grupo de 49 legisladores y dignatarios de 24 países que han viajado a Taipéi con motivo del encuentro anual de la IPAC, lo que constituye la delegación parlamentaria más grande que haya visitado Taiwán hasta la fecha.
Para el senador de Paraguay, único país de Sudamérica que mantiene relaciones diplomáticas con Taiwán, la isla “tiene derecho a su autodeterminación” y a “construir su propio futuro”.
“Hoy día (Taiwán) es una democracia plena, con una perfecta libertad que se vive y se respira en toda la isla. Ojalá que, contrariamente a sufrir una agresión por parte de China, este aire de libertad se pase al continente”, recalca Nakayama.
La legisladora boliviana, por su parte, reconoce que no hay conciencia en América Latina sobre qué implicaciones tendría para la región un eventual conflicto entre Taiwán y China.
“Creo que está en el interés de todos mantener la paz, el diálogo y las soluciones que eviten la confrontación. Eso implica un diálogo con China, por supuesto, y creo que América Latina haría bien en unirse a otras regiones que ya están teniendo claridad estratégica respecto a este problema”, sentencia.