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Estos comicios tenían como favorito -según las encuestas- al opositor Edmundo González, seguido por el presidente Nicolás Maduro que va en busca de su segunda reelección, y de oficializarse su victoria llevaría al régimen chavista a unas tres décadas en el poder.
El poder electoral de Venezuela habilitó a unas 21 millones de personas, sobre una población de 30 millones, para votar, aunque expertos estiman que solo podrían sufragar unos 17 millones que están en el país y no migraron por la dura crisis de la última década, según reporte de EFE.
El cierre de los centros de votación fue a las 18:00 (misma hora de Paraguay) con la posibilidad de extender el horario si fuera necesario o si los electores estaban en las filas.
Una de las líderes de la alianza opositora venezolana, Delsa Solórzano, denunció minutos antes del cierre de los colegios electorales que le impidieron ingresar al Consejo Nacional Electoral para observar el conteo de los votos, en uno de los incidentes ocurridos a lo largo de la jornada electoral.
El chavismo, iniciado por el exmilitar y político Hugo Chávez (fallecido en 2013), está en el poder desde hace unos 25 años. En estos comicios este movimiento de corte socialista se jugaba su continuidad frente a una oposición que mostró unidad después de haber decidido en otras elecciones no participar por falta de garantías y transparencia, como ocurrió en 2018. En aquella ocasión, las elecciones y los resultados que le fueron favorables a Maduro -según el mismo poder electoral- no fueron reconocidos por varios países y organismos regionales provocando un aislamiento parcial del país.
