Se trata de un muro que atraviesa el bosque de Dossone della Melia, “salvando fuertes desniveles, una meseta y, en el tramo final, incluso un arroyo”, señaló el Ministerio en un comunicado, en el que explica que la estructura, construida en el 72 a.C., sirvió “para contener a los rebeldes liderados por Espartaco”.
La muralla fue construida por el cónsul Licino Craso y se pudo descubrir su utilidad gracias a crónicas del historiador griego Plutarco, que relató que los romanos construyeron, “en poco tiempo, una fortificación en el istmo de mar a mar, de 330 estadios de largo y 15 pies de ancho y profundidad, y flanqueada por una muralla de admirable altura y solidez”.
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Espartaco lideró entre el 71 y el 73 a.C. la última y más prolífica rebelión de esclavos de la Antigua Roma.
Su ocaso se produjo en las montañas de Regio Calabria, donde se produjo el hallazgo y en las que finalmente fueron derrotados por las tropas de Craso después de intentar sin éxito cruzar el estrecho de Messina.
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Otros descubrimientos
Durante los trabajos de investigación se descubrieron numerosos objetos metálicos datados entre los siglos II y I a.C, entre ellos algunas hojas de hierro curvadas, una punta de lanza y dos ejemplares de ‘pilum’ -el arma básica del legionario romano-.
También se hallaron las empuñaduras de lo que posiblemente fuera una espada y de otro arma blanca.