"Están viviendo ataques a la soberanía de los Estados y a la seguridad de los magistrados no muy diferentes de los que vivió Italia hace 30 años", dice en una entrevista con EFE sobre una época en la que 'Cosa Nostra', la sanguinaria mafia siciliana, acabó con la vida de los emblemáticos jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.
Por eso, en sus dos años en el cargo ha hecho de las relaciones con América Latina "una prioridad".
"Este es el momento de que la magistratura italiana sea solidaria", afirma, tras alabar la "extraordinaria valentía y determinación" de los fiscales latinoamericanos y recordar a los asesinados Marcelo Pecci y César Suárez.
La cooperación con Latinoamérica, de ocasional a estratégica
Melillo, de 64 años, de los que más de 30 los ha dedicado a la lucha contra la mafia, presidió en mayo pasado en Palermo (Sicilia) tres días de reuniones "con prácticamente todos los fiscales latinoamericanos que se ocupan del narcotráfico", lo que "ha dado lugar a nuevos equipos de investigación y nuevos proyectos de trabajo conjunto".
Con América Latina hay que "pasar de una cooperación judicial ocasional a una estratégica, caracterizada por una estabilidad de compromisos y una amplitud de proyectos", en particular en "el narcotráfico, que "no sólo es un gigantesco motor de alimentación financiera, sino también un extraordinario factor de desestabilización política y social".
"Esto se puede ver mirando muchos países de América Latina", explica, a enfatizar que se están dando pasos importantes "en términos de investigación, cooperación y relaciones personales" entre Italia y Latinoamérica, pues "la confianza es fundamental".
Y es que por el hecho de estar viviendo una situación similar a la de la Italia hace tres décadas "nos miran con gran confianza: les hemos indicado un camino de contraste tan eficaz como respetuoso del Estado de Derecho y de los derechos fundamentales", dice el día que Italia recuerda a Borsellino, de cuyo asesinato se cumplen hoy 32 años.
40 años de lucha contra la mafia
Responsable de la lucha antimafia de Nápoles durante décadas, Melillo fue nombrado en 2022 al frente de la Fiscalía Nacional, el organismo que coordina todas las investigaciones del país sobre el crimen organizado.
"En algunos aspectos, las organizaciones criminales han conservado sus características originales, que son muy diferentes: Cosa Nostra no es la 'Ndrangheta (la mafia calabresa) ni la Camorra (la napolitana), pero al mismo tiempo han cambiado profundamente sus estrategias, sus métodos de trabajo".
Si en algo destacan las mafias italianas es en "una extraordinaria capacidad de adaptación" a la realidad, "más rápida que la de las instituciones del Estado", dice Melillo recordando al juez Falcone, que decía que siempre llevan 'un cuerpo de ventaja'.
Y aunque siguen teniendo "una gran capacidad de intimidación y de condicionamiento violento de la vida social", también "han trasladado sus componentes más sofisticados y refinados a otros campos".
"Hoy son constelaciones de empresas que se mueven con extrema ligereza en el fraude fiscal, las facturas falsas, los delitos societarios, las quiebras dirigidas en detrimento de los acreedores, entre ellos, en particular, del Estado", mientras "son los mercados los que definen sus estructuras".
Internacionalmente, los cambios son "aún más evidentes, y afectan a los procesos de integración a escala global", por lo que "queremos multiplicar los esfuerzos de cooperación con los países afectados, en particular los de América Latina".
España, meta del blanqueo de la Camorra
Sobre España, Melillo explica se ha convertido en una "meta privilegiada del blanqueo de las inversiones" de la criminalidad, en particular de la Camorra napolitana y pide en este terreno la misma colaboración italo-española en la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo o la ciberdelincuencia.
"Los datos de los que disponemos revelan que se trata de una especie de meta privilegiada del blanqueo de las inversiones especulativas de las organizaciones criminales italianas, en particular de la Camorra napolitana" y "hay cientos de actas judiciales que lo demuestran", afirma en una entrevista en la que analiza la situación de la mafia.
Melillo rechaza sin embargo que España sea un santuario para los jefes mafiosos huidos de Italia, pues en realidad éstos "se cuentan con los dedos de una mano" y su peligro es "insignificante".