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El 18 de julio de 1994, un atentado terrorista conmocionó a la Argentina: una bomba explotó en la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), dejando un saldo de 85 personas muertas y 300 heridas. A 30 años de la tragedia, el caso sigue sin resolverse, con sospechas que apuntan a Irán y Hezbollah, y una larga cadena de irregularidades y encubrimientos que han obstaculizado la búsqueda de justicia.
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Datos clave del atentado a la AMIA
1. Un ataque devastador: la bomba, detonada en un vehículo estacionado frente al edificio de la AMIA, provocó una explosión de gran magnitud que destruyó gran parte del inmueble y dañó severamente las construcciones aledañas.
2. Un saldo trágico: 85 personas perdieron la vida en el atentado, entre ellas niños, adultos y personas de la tercera edad. La mayoría se encontraban dentro del edificio al momento de la explosión.
3. Cientos de heridos: unas 300 personas resultaron heridas de diversa gravedad, algunas de las cuales quedaron con secuelas permanentes.
4. Pistas que apuntan a Irán: desde un principio, las investigaciones se centraron en Irán y Hezbollah, grupo terrorista libanés respaldado por el gobierno iraní. Argentina acusa a altos funcionarios iraníes de ser los autores intelectuales del ataque, pero nunca ha logrado sentarlos en el banquillo.
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5. Un entramado de complicidades: se sospecha que el ataque contó con una poderosa red de colaboradores locales aún no identificada, lo que ha dificultado el avance de la investigación.
6. La muerte del fiscal Nisman: en 2015, Alberto Nisman, fiscal a cargo de la investigación durante 10 años, fue encontrado muerto en su domicilio en circunstancias aún no esclarecidas. Horas antes, planeaba presentar una denuncia contra la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner por presunto encubrimiento de los sospechosos iraníes.
7. Un caso plagado de irregularidades: la investigación del atentado a la AMIA ha estado marcada por una serie de irregularidades, pistas falsas y encubrimientos que han obstaculizado significativamente el proceso judicial. En 2022, la justicia argentina condenó a los principales investigadores del caso por mala praxis y encubrimiento.
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Atentado a la AMIA: crimen de lesa humanidad que no prescribe
En abril pasado, la justicia argentina declaró crimen de lesa humanidad el atentado contra la AMIA. Esta clasificación supone que los hechos no prescriben y enfatiza la gravedad del ataque y la necesidad de justicia perpetua.
Además, se confirmaron las penas para los principales investigadores del caso, entre ellos el juez Juan José Galeano y los fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia, por haber inundado la causa de pistas falsas y encubrimientos que obstaculizaron significativamente la posibilidad de justicia.
En junio último, la Corte Interamericana de Derechos Humanos sentenció que el Estado argentino es responsable no solo por no haber prevenido el ataque ocurrido en 1994 sino también por no haber investigado con la diligencia debida en los años posteriores. Esta sentencia obliga al Estado a tomar medidas reparadoras y a garantizar la no repetición de tales negligencias, reforzando la presión internacional para que se esclarezca uno de los atentados más graves en la historia del país.
Búsqueda de justicia sigue viva
A pesar de las dificultades, la búsqueda de justicia por el atentado a la AMIA sigue viva. Las víctimas y sus familiares, junto a organizaciones de derechos humanos y la sociedad civil en general, continúan exigiendo que se esclarezca la verdad y se condene a los responsables. La herida de la AMIA aún sangra en la memoria argentina, y la lucha por la justicia es un imperativo moral para la construcción de una sociedad más justa y democrática.
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