Este sistema lumínico, creado por expertos de la Universidad de Sídney en colaboración con la aerolínea australiana Qantas y diseñadores de Caon Design Office, busca compensar el ritmo circadiano, que es el ‘reloj interno’ que regula diariamente los ciclos de vigilia y sueño en respuesta a los cambios de la luz, indicó hoy el centro educativo en un comunicado.
Los diseños forman parte del Proyecto Sunrise, que lanzó la aerolínea australiana Qantas en 2017 para ayudar a los pasajeros a superar el desfase aéreo (‘jet lag’) en los vuelos sin escala desde Australia a Europa y Estados Unidos.
Los científicos de la Universidad de Sídney manipularon el tiempo, la intensidad y las longitudes de onda de la luz durante el vuelo con el fin de ayudar a los pasajeros a adaptarse a la zona horaria de un destino mientras están en el aire y reducir el desfase horario.
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El estudio liderado por la Universidad de Sídney produjo doce escenarios luminosos inspirados en paisajes australianos, incluyendo una transición del ambiente de día a las tonalidades que replican una puesta de sol, así como una noche con luz de luna y efectos de nubes.
Los diseños para las cabinas de los aviones Airbus 350 de Qantas también tendrán luces especiales para los embarques y desembarques, así como juegos de luces que se podrán ajustar de acuerdo al huso horario del destino.
Crean un sistema lumínico que optimiza los efectos circadianos
Estos sistemas luminosos ayudan a “optimizar los efectos circadianos de la luz en diferentes momentos durante los vuelos, teniendo en cuenta al mismo tiempo el aspecto de la luz, el ambiente, la seguridad y los requisitos de los equipos informáticos”, dijo la física Sveta Postnova, experta de la Universidad de Sídney, en el comunicado.
En el estudio, los científicos descubrieron que la luz azul con alta iluminancia melanópica ayuda a cambiar los relojes biológicos, mientras que la luz de longitud de onda larga (como la roja), con baja iluminancia melanópica, ayuda a prevenir que el reloj cambie en una dirección no deseada.
“A la mayoría de los viajeros no se les pasa por la cabeza la iluminación de los aviones, pero el ciclo de luz externa nocturna y diurna influye más que ningún otro factor en nuestro ritmo circadiano y en el efecto del desfase horario”, remarcó por su lado el diseñador industrial australiano David Caon, que participó en el estudio, en un comunicado publicado hoy por Qantas.
El año pasado, Qantas y el Centro Charles Perkins de la Universidad de Sídney publicaron los resultados preliminares de los primeros vuelos de investigación del mundo sobre cómo afecta el optimizar el horario de la luz, las comidas y el ejercicio durante el vuelo a los desfases horarios de los pasajeros.