Ronald Reagan: En 1981, el entonces presidente Ronald Reagan llevaba apenas unos meses en el cargo cuando fue disparado al salir de un hotel Hilton en Washington. Su agresor, un perturbado admirador de la actriz Jodie Foster, le disparó una bala que entró por la axila y se alojó en el pulmón, sin tocar el corazón ni poner en peligro su vida. En menos de un mes, Reagan retornó a la Casa Blanca.
John F. Kennedy: El atentado más impactante de la era contemporánea tuvo lugar dos décadas más atrás, un 22 de noviembre de 1963, en este caso en Dallas, cuando el presidente John Fitzerald Kennedy iba en una limusina descapotable saludando al público y fue disparado mortalmente desde un apartamento cercano por Lee Harvey Oswald. El asesino fue disparado mortalmente dos días después y nunca pudo esclarecerse la trama que llevó a la muerte de Kennedy.
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Theodore Roosevelt: En 1912, cuando Roosevelt ya había abandonado la presidencia pero era todavía un hombre enormemente popular, fue emboscado delante del Gilpatrick Hotel en Milwakee por un hombre llamado John Schrank, propietario de una taberna y presuntamente desequilibrado. La bala se quedó en el pecho de Roosevelt sin llegar al corazón. De hecho, ‘Teddy’ vivió siete años más.
William Mckinley: En 1901 el presidente McKinley asistía a un concierto en la ciudad de Buffalo (estado de Nueva York) cuando fue disparado dos veces en el abdomen por un anarquista llamado Leon Czolgosz, quien más tarde escribió que había matado a McKinley por ser “un enemigo del buen pueblo trabajador”.
Siglo XIX
Abraham Lincoln: En 1865, el presidente Lincoln había acudido al Teatro Ford de Washington cuando fue disparado por detrás en la cabeza por un simpatizante confederado llamado John Wilkes Booth. El asesinato de Lincoln no impidió que los federales ganaran la guerra un mes más tarde.
James Garfield: En 1881, el recién electo presidente James A. Garfield se encontraba en la Estación de Potomac de Washington cuando fue tiroteado por Charles Guiteau, que resultó ser un hombre con problemas mentales. Garfield recibió dos tiros, y sobrevivió 10 semanas más, antes de morir.
Además de los citados, los servicios secretos han desbaratado numerosos planes para matar a otros presidentes en ejercicio, en planes más o menos elaborados. Estos planes, o al menos los que se han llegado a conocer, han tenido por objetivos a Donald Trump, Barack Obama, Bill Clinton, George W. Bush, Jimmy Carter, Gerald Ford y Richard Nixon, entre los más conocidos del siglo pasado.