En extractos de su diálogo habitual con los medios de comunicación locales, el presidente argelino declaró que "de acuerdo con el deseo de muchos partidos, organizaciones políticas y no políticas y de jóvenes, creo que es hora de anunciar que me postularé para un segundo plazo permitido por la Constitución, y el pueblo argelino tiene la última palabra al respecto".
En la misma ocasión defendió su balance económico, asegurando que los ingresos del Estado han incrementado al tiempo que ha terminado con el desmesurado gasto público y se han recuperado miles de millones de dólares de fondos públicos malversados.
"El ciudadano argelino disfruta cómodamente de sus derechos y desempeña sus deberes con satisfacción porque se ha convertido en parte integrante de esta sociedad", insistió Tebboune, que cumplirá pronto 80 años.
"Todas las victorias logradas son victorias del pueblo argelino, no mis victorias", estimó Tebboune que añadió que "la opinión pública y privada dan testimonio de que los ingresos del Estado se fortalecen y que Argelia ha recuperado lo que era recuperable de los fondos robados estimado en miles de millones de dólares".
El anuncio de su candidatura se produjo al día siguiente de que el mandatario se desplazara a la ciudad de Tizi Ouzou, capital de la región rebelde de la Cabilia (noreste) una zona con una fuerte identidad amazig (bereber) y una larga tradición de revueltas en una visita de "trabajo y de inspección" donde inauguró proyectos y fue acogido numerosos ciudadanos a lo largo de las principales arterias del centro de la ciudad.
En 2019 obtuvo el 58 % de los votos en la primera vuelta de los comicios aunque con la participación más baja de la historia del país desde su independencia- un 39 %. y se comprometió entonces a desempeñar un solo mandato. Alcanzó el poder tras las protestas del movimiento pacífico Hirak contra el quinto mandato de su antecesor, Abdelaziz Buteflika, y contra el régimen militar que controla la política de la Argelia poscolonial.
Considerado un hombre del sistema, Tebboune prometió poner fin a la corrupción y construir una “Nueva Argelia”, que supone una ruptura con la élite dirigente y basada en una moralización de la vida política. En los últimos meses ha anunciado diferentes medidas como duplicar el salario mínimo o aumentar el PIB a 400.000 millones de dólares frente a los cerca de 250.000 del pasado año.
Tras convocar elecciones tres meses antes de lo previsto- sin motivo oficial- una decena de partidos anunciaron rápidamente su apoyo a Tebboune entre ellos el islamista El Bina; Reagrupación Nacional Democrática (RND), principal aliado político del presidente; y el Frente de Liberación Nacional, que gobierna en Argelia desde la independencia de Francia en 1962.