La ONU teme un "conflicto regional de mayores dimensiones" en el este de RD del Congo

Kinsasa, 9 jul (EFE).- Investigadores de la ONU mostraron su preocupación por un posible "conflicto regional de mayores dimensiones" en el este de la República Democrática del Congo (RDC) a raíz de los avances militares del grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), apoyado por Ruanda, contra el Ejército congoleño.

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"La rápida escalada de la crisis del M23 entraña el riesgo del desencadenamiento de un conflicto regional de mayores dimensiones", destacó el Grupo de Expertos sobre la RDC de la ONU en un nuevo informe remitido este martes a EFE por la Misión de Estabilización de las naciones Unidas para la RDC (Monusco).

El documento, de cerca de trescientas páginas, fue remitido el Consejo de Seguridad de la ONU, reunido este lunes para repasar la situación en el país.

Los investigadores aseguraron haber recabado más pruebas -fotografías, imágenes de drones, vídeos, testimonios e información de inteligencia- sobre la cooperación del Ejército de Ruanda con el M23, un extremo que, pese a las evidencias, Kigali siempre ha negado.

De hecho, los expertos creen que en la provincia congoleña de Kivu del Norte luchan un número similar de insurgentes del M23 -unos 3.000 combatientes- que de soldados ruandeses -de 3.000 a 4.000 efectivos-.

Ese apoyo, sumado al armamento moderno del que disponen, ha permitido al M23 superar la fuerza de combate del Ejército congoleño y "ampliar rápidamente las zonas bajo su control", incluidas "todas las rutas de acceso y suministro que llevan" a la populosa ciudad de Goma, "excepto una carretera que conduce directamente a Ruanda".

A principios del pasado abril, los territorios bajo su control habían crecido un 70 % con respecto a los que poseían en noviembre de 2023.

Tras tomar esas zonas, "la capacidad militar se consolidó aún más por el reclutamiento, tanto forzoso como voluntario e incluso de niños, en Kivu del Norte, Uganda y Ruanda", añadieron los expertos.

Además, los expertos señalaron también una cierta cooperación de Uganda con el M23, que "no ha impedido la presencia" de los insurgentes "en su territorio ni su paso por él".

Así, reunieron pruebas que documentaban "el tránsito regular de tropas, vehículos y suministros militares" para los rebeldes y el Ejército ruandés en Uganda e incluso el apoyo de "ciertos funcionarios" del Ejército ugandés y de la Jefatura de Inteligencia Militar, aunque las autoridades del país han negado esto.

El informe de la ONU, además, hizo hincapié en la colaboración del Ejército congoleño con mercenarios extranjeros y varios grupos rebeldes para luchar contra el M23, incluidas las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), fundadas en 2000 por los cabecillas del genocidio de 1994 y otros ruandeses (hutus) exiliados en la RDC para recuperar el poder político en su país.

Esos rebeldes también reclutaron a niños para luchar, y usaron su influencia para saquear, extorsionar, secuestrar y asesinar civiles.

Más de 1,6 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares por los combates del M23, que reactivó sus combates en octubre de 2021, después de años de calma relativa.

Aparte de una crisis humanitaria, los combates han desencadenado graves tensiones entre la RDC y Ruanda.

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