Yoon viaja a EE.UU. para la cumbre de la OTAN con el foco puesto en Kiev, Moscú y Pionyang

Seúl, 8 jul (EFE).- El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, parte este lunes a EE.UU. para participar en la cumbre de la OTAN en un momento marcado por el acercamiento entre la Alianza y Seúl, que ven con preocupación el reciente acuerdo entre Rusia y Corea del Norte mientras se especula sobre futuros envíos de armas surcoreanas a Ucrania.

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Esta será la tercera vez que Yoon asiste como invitado a una cumbre de la OTAN después de acudir a las de Madrid (2022) y Vilna (2023).

En ese lapso, Seúl ha abierto una misión diplomática ante la OTAN en Bruselas, ha participado cada año en el ejercicio anual de ciberdefensa Locked Shields, enviado sus propios expertos al Centro de Excelencia Cooperativa de Ciberdefensa de la OTAN en Tallin o firmado en 2023 un Programa de Asociación Individual Personalizado con la Alianza que sustituyó al programa de cooperación sellado en 2012.

Corea del Sur ha buscado un mayor acercamiento con la Alianza desde la anexión rusa de Crimea en 2014 y especialmente tras su invasión de Ucrania en 2022, en línea con la política exterior implementada por el Ejecutivo de Yoon, que ha optado por alinearse más con países que tienen valores compartidos, como la defensa de la democracia o el Estado de derecho.

A su vez, la aproximación de la OTAN con el país asiático se enmarca en una campaña para lograr un rol más activo de sus socios en Asia Pacífico (Japón, Nueva Zelanda y Australia, además de Corea del Sur) en el teatro europeo desde que Moscú inició su campaña bélica contra Kiev.

Con ese trasfondo se produjo la cumbre que celebraron en septiembre del año pasado el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente ruso, Vladímir Putin, en la región de Amur, un encuentro que cimentó el incremento de intercambios bilaterales, incluyendo el envío de millones de rondas de artillería norcoreana para que Moscú use contra Kiev.

Ahora, el "Acuerdo Integral de Asociación Estratégica" rubricado hace poco más de dos semanas por Kim y Putin en Pionyang, brinda otra razón más para que Seúl y la OTAN acerquen posiciones.

El tratado, que incluye una clausula de asistencia mutua en caso de que Rusia o Corea del Norte resulten atacados, fue publicitado por Putin como una advertencia para Seúl y su fortalecimiento de la cooperación militar con Washington y Tokio.

Sin embargo, muchos analistas creen que el efecto puede ser precisamente el contrario e impulsar aún más la idea de que las democracias de Asia Pacífico en la órbita de EE.UU., la UE y la OTAN deben dar pasos adicionales para ayudar a garantizar de manera colectiva la seguridad tanto de su región como del continente europeo.

Además, la firma del acuerdo ha dejado medio abierta la puerta a la futura posibilidad de que Seúl -que ha evitado hasta ahora enviar equipamientos militares letales a Kiev bajo el argumento de que no alimenta conflictos abiertos- opte finalmente por comenzar a suministrar armamento a Ucrania, tal y como se ha sugerido desde la oficina presidencial surcoreana.

Antes de aterrizar en Washington el miércoles, Yoon realizará una parada el lunes y el martes en Hawai, donde atenderá una sesión informativa en el cuartel general del Comando del Indo Pacífico estadounidense.

El miércoles, el presidente surcoreano mantendrá en Washington reuniones con sus homólogos de República Checa, Suecia o Finlandia, además de con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, antes de asistir, junto a la primera dama Kim Keon-hee, a la cena de bienvenida organizada por la Casa Blanca.

El jueves participará en una sesión con el resto de miembros de la OTAN y mantendrá una reunión con los líderes de los otros tres países -Japón, Australia y Nueva Zelanda- del llamado grupo IP4, a la espera de que se puedan anunciar reuniones bilaterales -o incluso a nivel trilateral- con el presidente estadounidense, Joe Biden, y el primer ministro nipón, Fumio Kishida.

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