En el conversatorio 'Periodismo sin cadenas', Zamora denunció "dilaciones arbitrarias" en el proceso contra su padre y "torturas psicológicas" que ha recibido en la cárcel: "estos dos años nos han mostrado el peor lado de la humanidad, pero también el mejor".
"La detención de mi papá era un mensaje muy claro: cualquiera que denunciara corrupción podía ser detenido", lamentó Zamora, quien reseñó el apoyo recibido por la familia y el medio de comunicación en estos años "ha sido abrumador de una forma positiva".
El comunicador fundó y presidió el matutino El Periódico desde 1996 hasta 2023, con más de mil reportajes de corrupción gubernamental documentados en sus páginas, incluyendo los escándalos que dieron paso a la caída del Gobierno del expresidente Otto Pérez Molina (2012-2015).
Durante casi 700 días, Zamora Marroquín ha permanecido en prisión en una cárcel ubicada dentro de una brigada militar en el norte de la Ciudad de Guatemala y aún tiene tres procesos penales pendientes en su contra por resolver.
El cambio de administración en Guatemala y la llegada de Bernardo Arévalo a la Presidencia "es algo sumamente positivo", ya que el nuevo mandatario "parece tener la voluntad de hacer lo correcto", aunque "llega a un Estado totalmente corrupto", que le dificulta tomar acciones.
Sin embargo, "cesó el acoso constante a la prensa desde el Ejecutivo", algo que facilita el trabajo periodístico, aunque sigue desde otros órganos democráticos como el Congreso.
En este contexto, "el Ejecutivo está es una posición sumamente débil", por lo que Arévalo "debería tomar más acciones y más rápido para desenraizar la corrupción del Estado".
Recientemente, el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de la ONU concluyó que "la detención del señor Zamora fue resultado del ejercicio legítimo del derecho a la libertad de expresión", por lo que "no debería celebrarse ningún juicio".
En este contexto, Zamora pidió "que se celebren las audiencias, que tengan en cuenta el dictamen de la ONU y lo liberen".
El periodismo en la región
Zamora estuvo acompañado por la periodista colombiana María Teresa Ronderos, la periodista salvadoreña Angélica Cárcamo y el director de la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip), Jonathan Bock, quienes hicieron una radiografía de los riesgos del periodismo en la región.
La situación de Colombia y el reciente enfrentamiento del presidente Gustavo Petro con la prensa y sus ataques a la Flip fueron condenados y tildados de "absoluto despróposito" por Ronderos, quien dijo que se trata de "ataques perversos e insidiosos que no se deben aguantar".
También el contexto en Centroamérica y El Salvador fue objeto de análisis, lamentando que se viven "escenarios hostiles", en palabras de Cárcamo, quien, sin embargo, consideró que en América Latina "es la época en la que se está haciendo más y mejor periodismo".
La XII edición del Festival Gabo, uno de los eventos más importantes del periodismo iberoamericano, arrancó este viernes en el auditorio del Colegio Gimnasio Moderno de Bogotá precisamente con una obra de teatro sobre la represión periodística.