Detrás de esa campaña está Progressif Media, una empresa de París alojada y participada por el grupo Vivendi, del que Bolloré es el principal accionista, explica en un comunicado RSF, que dice haber descubierto por casualidad esa operación.
Según su relato, Progressif Media creó una página internet con un nombre de dominio que usurpaba el de RSF y utilizaba su logotipo para referirse a la organización como "Sectarios Sin Fronteras" y acusarle de fichar a los periodistas y pretender "modificar el paisaje audiovisual francés según su visión del pluralismo".
Eso ocurrió una semana después de que el Consejo de Estado dio la razón, el 13 de febrero pasado, a RSF en un procedimiento que había lanzado contra la cadena CNews para obligarle a respetar la independencia y el pluralismo, a la que en Francia están obligadas las televisiones, como condición a sus licencias.
La ONG de defensa de los profesionales de la información cuenta haber descubierto más ramificaciones en otros soportes de lo que califica de "campaña de descrédito y de desinformación", y recuerda que Progressif Media había sido señalada por el diario Libération por haber participado en "varios proyectos de extrema derecha".
RSF, que se reserva la posibilidad de llevar estos hechos ante la Justicia, afirma haber preguntado a Vivendi, que no ha querido hacer comentarios y le ha asegurado no estar al corriente de las prácticas de una empresa en la que señala tener una "participación minoritaria".
En los últimos años, Bolloré -que ya controlaba Canal + y el canal de noticias CNews-, ha comprado medios de comunicación (la radio Europe 1, la revista Paris Match o el periódico Journal Du Dimanche, entre otros), en los que RSF y sindicatos del sector le acusan de imponer una línea informativa que bordea la ultraderecha.