Por un lado, la formación disparó dos centenares de proyectiles “de diversos tipos” contra los cuarteles generales de diferentes brigadas del Ejército israelí en las bases de Ayelet, Katsavia, Gamla, Nafah y Yarden, según un comunicado emitido por Hizbulá.
Poco después, el movimiento libanés reivindicó también una operación aérea con una “bandada de drones de ataque”, que tuvieron como objetivo otros siete cuarteles importantes en el norte del Estado judío, entre ellos algunos que ya habían sido atacados con el lanzamiento inicial de proyectiles.
Ambas acciones se enmarcan en la respuesta al asesinato de Nasser, conocido como ‘Hajj Abu Niamah’ y quien falleció el miércoles por el bombardeo de un dron israelí contra el vehículo en el viajaba por el área meridional libanesa de Al Housh, cerca de la ciudad de Tiro.
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Hizbulá ya lanzó el miércoles varias acciones para vengar la muerte de ese líder, entre ellas otro lanzamiento de cerca de un centenar de cohetes y un ataque con misiles de alto calibre tipo 'Burkan', con capacidad para portar ojivas de hasta media tonelada.
Nasser es el tercer alto mando del grupo muerto a manos de Israel desde el comienzo de las hostilidades el pasado octubre y el segundo en las últimas tres semanas.
El pasado 11 de junio, otro bombardeo israelí mató al alto comandante Abu Taleb y a otros cuatro miembros del movimiento en una vivienda de Jouaiyya, también en el sur del país, lo que en las horas y días siguientes desató un fuerte incremento de la violencia fronteriza.
Todo ello se produce en medio de renovados temores al estallido de una guerra abierta entre Hizbulá y el Estado judío, que llevan casi nueve meses enzarzados en sus peores enfrentamientos desde el conflicto que libraron en 2006.