"Se acordaron mecanismos conjuntos para la aceleración y el control"; son los únicos detalles que da el comunicado sobre esta petición de Israel al que es su gran aliado en medio de la guerra en Gaza y con las tensiones escalando en el Líbano.
Precisamente sobre estos dos asuntos, Baram abordó diversas reuniones con el Pentágono en las que acordaron “planes operativos” para los que son sus dos principales frentes ahora: la Franja de Gaza y la frontera norte con el Líbano.
Israel planeó esta visita a Estados Unidos encabezada por el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, a quien Baram acompañó, con el objetivo de descongelar un envío de bombas pesadas que le había estado reteniendo.
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“Hemos hecho progresos significativos en relación al aumento de la fuerza y el suministro de municiones para el Estado de Israel”, dijo este pasado miércoles Gallant.
La Casa Blanca ha mostrado reticencias para facilitar a Israel más bombas de alto tonelaje, que pueden causar muertes indiscriminadas en zonas de alta densidad de población como Gaza.
Así pues, estos encuentros de alguna manera han evidenciado el difícil entendimiento entre los dos aliados tras casi 9 meses de ofensiva ininterrumpida en Gaza, con más de 37.700 muertos.
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A ese escenario bélico se suma el fuego cruzado en la frontera norte de Israel con Hizbulá, que no solo no cesa sino que amenaza con derivar en una guerra total.
Este jueves, el grupo chií lanzó al menos 35 cohetes contra el norte del país hebreo tras la muerte de tres de sus miembros en varios ataques israelíes.
La región vive uno de sus momentos más tensos y el Gobierno israelí es consciente de que su futuro depende de las relaciones que mantenga con su principal aliado, cuya postura puede cambiar en función de los resultados de las próximas elecciones estadounidenses del mes de noviembre.