"No puedo parar de llorar", dice la esposa de Julian Assange tras su liberación

Sídney (Australia), 26 jun (EFE).- La esposa suecoespañola del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, expresó este miércoles su emoción tras la liberación de su marido, que se encuentra de camino a Australia tras llegar a un acuerdo con la justicia estadounidense y poner fin a 14 años de saga judicial.

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"Julian sale del tribunal federal de Saipan como un hombre libre. No puedo parar de llorar", escribió en X Stella Assange, la mujer suecoespañola del activista australiano, que se declaró hoy culpable de espionaje en un tribunal en las Islas Marianas del Norte, un territorio de EE.UU. en el océano Pacífico, a cambio de su libertad.

El activista salió este miércoles del territorio estadounidense en un vuelo sobre las 12.10 hora local (2.10 GMT), y tiene previsto llegar sobre las 19.00 hora local (9.00 GMT) a Canberra.

El primer ministro australiano, Anthony Albanese, que ha mediado para la liberación de Assange, reiteró hoy su satisfacción por el acuerdo de liberación del activista y agregó que ha contado con asistencia consular australiana.

"Hemos estado comprometidos y hemos abogado en favor de los intereses de Australia, usando todas las vías apropiadas para lograr un resultado positivo", dijo Albanese durante una rueda de prensa.

Assange, de 52 años, salió el lunes de la prisión de alta seguridad de Belmarsh en Londres tras llegar a un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos y abordó un avión hasta las Islas Marianas del Norte con escala ya el martes en Bangkok.

En el tribunal en las Islas Marianas, Assange se declaró hoy culpable de un único cargo penal por conspiración para obtener y divulgar documentos clasificados de Estados Unidos y, a cambio, la jueza Ramona Villagomez Manglona dictó una sentencia que le permite regresar a Australia "como un hombre libre".

La jueza aceptó los términos pactados entre el Departamento de Justicia y la defensa de Assange, condenándole a 62 meses de cárcel, pero otorgándole crédito por el tiempo ya cumplido en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, lo que resultó en su puesta en libertad de manera oficial.

No obstante, el fundador de WikiLeaks defendió su labor periodística, argumentando que debería estar amparado por la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense que protege la libertad de prensa y que, a su juicio, se contradice con la Ley de Espionaje de 1917, por la cual fue condenado.

La defensa del australiano solicitó celebrar la vista en las Islas Marianas del Norte por su proximidad con Australia y porque Assange no deseaba viajar al territorio continental de Estados Unidos.

Este episodio pone fin a una saga de 14 años que comenzó en 2010 con la mayor filtración de documentos clasificados de la historia de Estados Unidos, cuestionando el papel de Washington en el mundo al revelar ataques a civiles en Irak y en Afganistán, así como el maltrato de presos en Guantánamo, entre otros asuntos.

Tras la filtración, Suecia emitió una orden de arresto por cargos de abuso sexual, que posteriormente fueron retirados. Assange se refugió en 2012 en la embajada de Ecuador en Londres, hasta que en 2019 fue arrestado por autoridades británicas, pasando los últimos cinco años en una cárcel de alta seguridad.

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