Según informó la agencia rusa TASS, a la llegada del transporte especial que trasladó esta obra maestra de la Edad Media, frente al monasterio se congregaron monjes, feligreses y turistas para recibir la importante reliquia.
La Trinidad será expuesta durante varias horas en una carpa en la plaza frente al monasterio, de donde el jefe de la Iglesia ortodoxa rusa, el patriarca Kiril, la llevará a la catedral de la Trinidad y san Sergio, para celebrar una vigila en ocasión del Pentecostés ortodoxo.
Hasta hoy el icono, considerado tanto una reliquia como una obra de arte, estuvo expuesto en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú, el mayor templo ortodoxo de Rusia, en una cápsula especial de temperatura regulada y bajo la vigilancia de especialistas de la Galería Tretiakov, donde se exponía desde 1929.
El icono, cuidadosamente embalado, fue trasladado hasta su destino en un camión especial escoltado por la policía de tránsito, un viaje que tomó casi tres horas.
El presidente ruso, Vladímir Putin, regaló a mediados de mayo del año pasado dicho icono a la Iglesia ortodoxa, cuyo patriarca reconoció que sólo se lo había pedido prestado por dos semanas.
Prestigiosos especialistas y los restauradores de la Galería Tretiakov se dirigieron en una carta al ministerio de Cultura para que no entregara a la Iglesia el icono, alegando que su traslado a Sérguiev Posad podría dañar irreversiblemente la obra cumbre de Rubliov (1360-1428), considerado el mayor iconógrafo de Rusia.
Sin embargo, el Ministerio de Cultura desoyó estas advertencias y entregó en junio del año pasado el icono a la Iglesia ortodoxa.
La decisión de Putin, un creyente confeso, no ha sido bien recibida por parte de la sociedad rusa, ya que en los últimos 20 años ya han sido muchas las prebendas que ha recibido el Patriarcado de Moscú, que se ha enriquecido, según sus críticos, y apoya abiertamente la campaña militar rusa en Ucrania.