En el caso afgano, Türk denunció en la apertura de la 56ª sesión del Consejo de Derechos Humanos la “persecución sistémica” y el menoscabo de su acceso a la educación, al trabajo o su libertad de movimientos.
Hombres y mujeres sufren en ese país la aplicación del castigo corporal, incluidos castigos por latigazos, mientras defensores de derechos humanos y periodistas son detenidos arbitrariamente por expresar opiniones críticas contra el régimen talibán, indicó el alto comisionado.
En Irán, la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos sigue recibiendo denuncias de represión violenta a mujeres y niñas, con arrestos generalizados por no llevar el velo o hiyab según las normativas del Gobierno islamista.
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Castigos que podrían aumentar, aseguró Türk, si se aprueban actuales proyectos de ley "para la promoción de una cultura de castidad y del hiyab" que amenazan con sanciones aún mayores,
El jefe de derechos humanos de Naciones Unidas urgió además a las autoridades iraníes a que respeten el derecho a la libre expresión y reunión, de cara a las elecciones presidenciales del próximo día 28, y que los periodistas puedan hacer su trabajo con garantías.
Aunque Irán y Afganistán son, según Türk, dos de los ejemplos más claros de represión de los derechos de las mujeres, el alto comisionado aseguró que “ningún país es inmune a un posible retroceso en estos derechos”, por lo que pidió una mayor vigilancia global.